lunes, 21 de octubre de 2013

Teleoperadoras pesadas

Tras una jornada laboral extensa, llegué a casa pasadas las nueve de la noche. Tras bañar, rezar y acostar a mis hijos, por fin me dispuse a cenar. Eran casi las diez de la noche, por lo que me apetecía estar un rato junto a mi mujer —a quien venero— y ver una película juntos. Ya saben lo poco que me gusta la televisión. En ese momento sonó el teléfono. Supuse que era algún familiar o amigo, porque a esas horas, solo la gente de bien tiene permiso para molestar. Craso error. Era una teleoperadora intentando convencerme de los magníficos servicios de la empresa para la que trabajaba. Su impertinencia me enfureció, e incluso puse una reclamación en la susodicha empresa quejándome. De nada me sirvió. A los tres días volvieron a llamarme con la misma cantilena.

Es imposible luchar contra estas prácticas. Cualquiera de ustedes ha empleado mil estrategias ante estas llamadas, y todas son fútiles. Ha probado ser amable, antipático, mentir asegurando que trabaja para la competencia... Todo.  Y es inútil. No merece la pena pagarlo con la trabajadora de turno. Está haciendo su trabajo y tal como están las cosas hoy día, no se puede elegir, a pesar de que Botín ve llegar dinero de todas partes. A la empresa le da absolutamente igual su comportamiento. Van a seguir machacándole porque han comprobado que es una técnica efectiva. Mal que nos duela.

¿Qué solución nos queda a los pobres ciudadanos? Sencilla. Pagarles con su misma moneda. La empresa quiere llegar al mayor número de potenciales clientes en el menor tiempo posible, así que la estrategia es la siguiente. Cuando le llamen preguntando si es usted el titular, asegura que no, y que ahora se pone. E inmediatamente después, deja el teléfono apoyado en la mesilla, mientras usted sigue con sus quehaceres, así no le hacen perder su valioso tiempo. Les aseguro que tras unos minutos la trabajadora en cuestión colgará el teléfono, dejando de importunarle y además así evitamos que molesten a otros. El plan es de mi hermano Pablo, y ¡asegura que funciona!

Piensen.
Sean buenos.

La canción regalo de hoy es "Zooropa". Me lo ha pedido mi mujer, así que... No hay nada más que añadir. Disfruten. Es U2.





7 comentarios:

  1. Vaya tontuna... al menos me quedo con la conclusión de que la teleoperadora no tiene la culpa y no pague el pato.

    Pero dejar el teléfono ahí es una gilipollez como un piano. Más vale que no surja algo urgente en ese tiempo, por lo que aconsejo hacer oídos sordos al estratega hermano del autor. Como lo planee todo igual, llegará a Ministro, tarde o temprano, aunque no lo prevea.

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  2. Al contrario de la opinión anterior, a mí sí me parece una buena solución (más que nada porque no hay muchas más opciones). El único "pero" que pongo es apuntar que también existen teleoperadorES no sólo teleoperadorAS...
    También existen otros grupos más allá de U2...

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  3. Lo que yo hago: dado que por mucho que te quejes y presentes reclamaciones no te van a hacer ni pu...o caso, lo que funciona es decir : "Perdona, pero es que yo trabajo para "tal" (empresa de la compentencia de los que te llaman), y claro, comprenderá usted que las condiciones que tengo son inmejorables. Un saludo". Lo que consigues es que te saquen de su base de datos. A mi me funciona. Pero mejor que nos asesore el que trabaja en Garrafone...esperamos tus consejos.

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  4. Yo simplemente digo, perdona pero no me interesa, y cuelgo, ni siquiera escucho.
    Creedme, a ellos no les importa, les hacéis un favor porque tampoco pierden el tiempo con una llamada que no que acabará en venta.
    Lo sé porque he tenido la desgracia de tener que trabajar 8 meses como teleoperadora y es un trabajo de m......

    U2 mola

    Marta López

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  5. Con el coñazo que es la televisión, yo no me pondría a ver una película. Me pondría a follar y dejaría el teléfono abierto para que lo oyese la teleoperadora. Prueba a ver

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  6. Cortarles en seco y decirles que sois empleados de la operadora que tenéis contratada, que tenéis ya todos los servicios de forma gratuita, que lógicamente no vais a cambiar de operadora porque trabajáis en ella y que no hay mejor oferta que no pagar. El efecto es duradero.

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  7. Lista Robinson, la has probado? No te llama ni Perry y puedes venerar tranquilamente a tu esposa en la comodidad del hogar y disfrutando de lo poco disfrutable de la televisión.

    Un saludete

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