Hoy me siento familiar. Mi madre siempre me ha definido como un hombre tenaz, tenaz, tenaz. Sí, siempre lo repite tres veces. Pues bien, a pesar de mi tenacidad, no he conseguido aficionar a mi hijo de siete años, al Racing de Santander, ya saben, ese gran club que está llamado a escribir con letras de oro la historia del fútbol español y mundial. Se ha dejado seducir por los cantos de sirena del Real Madrid y sus rutilantes estrellas. A pesar de que cada uno es aficionado a un equipo, a ambos nos gusta ver el fútbol, bien en el campo, bien por la televisión. Como comprenderán, debido a los horarios de los partidos y a que él todavía es pequeño y debe madrugar para ir al colegio no podemos ir al campo tanto como quisiéramos. Por eso, me gusta ver los partidos del sábado noche junto a él. Es una bonita experiencia. Pero aparte de estos momentos, reconozco que no me gusta ver la televisión. Apenas la veo. Prefiero seguir la actualidad a través de la radio, influenciado claramente por mi padre y mediante la conexión a internet. Como ven, todo muy familiar. Puede ser precisamente por este sentimiento familiar que cada día que pasa siento más aversión por la televisión. En general la programación de todas las cadenas es lamentable. A mí no me atrae en absoluto, pero el canal que más detesto es Tele5. Permanentemente emiten basura. Sus contenidos son repugnantes. De hecho, me he planteado eliminarla de mi televisión, ya que desde que acabó el Mundial de Fútbol no he vuelto a verla.
También me pregunto porqué nadie vela por el cumplimiento de los contenidos en televisión. Suelen programar contenidos no apropiados para menores en el horario protegido para ellos, con imágenes de violencia y sexo explícito, entre otros. ¿No está prohibido esta actitud? ¿Por qué no son sancionados duramente? ¿Y por qué no se respeta el horario de emisión? Si hay un programa determinado a una hora concreta, es extraño el día que así ocurre, suele empezar mucho más tarde, tras una serie de anuncios interminables. ¿Por qué no se penaliza esto? Mi propuesta es que existan sanciones exponenciales, es decir, cada vez que se incumpliera la ley se les aplicaría una multa exponencialmente mayor. Es la única forma que tenemos los usuarios de que se vele por nuestros intereses.
Los expertos en economía de empresa pueden explicarnos sencillamente que lo que hacen las cadenas es ofrecer lo que demanda el público, ya que si el gran público no viera estos programas o estos canales, las empresas optarían por cambiarlos o terminarían arruinándose.
Por último, les recuerdo que los mandos a distancia disponen de un botón, que suele ser rojo o con un dibujo de un 1 rodeado por un 0 que sirve para apagar la tele. Prueben a usarlo. Es otra experiencia sana.
También me pregunto porqué nadie vela por el cumplimiento de los contenidos en televisión. Suelen programar contenidos no apropiados para menores en el horario protegido para ellos, con imágenes de violencia y sexo explícito, entre otros. ¿No está prohibido esta actitud? ¿Por qué no son sancionados duramente? ¿Y por qué no se respeta el horario de emisión? Si hay un programa determinado a una hora concreta, es extraño el día que así ocurre, suele empezar mucho más tarde, tras una serie de anuncios interminables. ¿Por qué no se penaliza esto? Mi propuesta es que existan sanciones exponenciales, es decir, cada vez que se incumpliera la ley se les aplicaría una multa exponencialmente mayor. Es la única forma que tenemos los usuarios de que se vele por nuestros intereses.
Los expertos en economía de empresa pueden explicarnos sencillamente que lo que hacen las cadenas es ofrecer lo que demanda el público, ya que si el gran público no viera estos programas o estos canales, las empresas optarían por cambiarlos o terminarían arruinándose.
Por último, les recuerdo que los mandos a distancia disponen de un botón, que suele ser rojo o con un dibujo de un 1 rodeado por un 0 que sirve para apagar la tele. Prueben a usarlo. Es otra experiencia sana.
Piensen.
Sean buenos.