domingo, 24 de abril de 2016

Caravana de mujeres

Imagino que todos ustedes conocen la famosa película de 1951 dirigida por William A. Wellman que da título al artículo de hoy. Para los más despistados les resumo. Se trata de un western, y cuenta como en 1851 un ganadero de California va hasta Chicago a reclutar mujeres para los solteros del pueblo. Pensará usted que esas son cosas del pasado. Quizá en países subdesarrollados... Pues no. Desgraciadamente no. El pasado viernes, en Toledo, se organizó una Caravana de Mujeres. Para avergonzar aún más a los toledanos, es la primera vez que ocurre en una capital de provincia. 

Los defensores del evento aseguran que su objetivo es la repoblación rural y que estas caravanas incluso cumplen un bien social. La publicidad aseguraba a cada hombre que se inscribiera, una compañera. He visto publicidad de prostíbulos mucho más sutiles. Para participar, los hombres abonan 35 euros y las mujeres, 20. Parece que algunas mujeres todavía no se han enterado de que si no pagan por el producto, es que ellas son el productoPor ese precio, tienen derecho a la cena y el baile, que se alargará hasta altas horas de la madrugada. Los participantes, por su parte, reconocen que lo pasan bien, que no hacen daño a nadie y que es una forma de conocer gente. No entienden el revuelo, aseguran. Permítanme incluir un vídeo de un señor que quiere encontrar una esposa. Recuerden, es España en el siglo XXI.



Es vergonzosa la utilización de las mujeres como si fueran ganado. Esas caravanas son un mercado de carne. Es intolerable que no haya mecanismos legales que impidan que se trate a la mujer como un mero objeto. Con la excusa de la repoblación rural se abre la puerta al turismo sexual. Y cuidado. No piensen que es algo puntual. En el fondo, es lo que la sociedad de hoy busca. De una forma más o menos burda, pero la cosificación de la mujer es un hecho evidente por donde mire. Si no me cree, no tiene más que poner la tele o ir al cine. El respeto, tanto a la mujer como al hombre, es una cuestión prioritaria. Hay que invertir más en educación. En educación en valores.

Piensen.
Sean buenos.

La canción regalo de hoy viene de la mano de ultramar. De mi buena amiga @Solidaridad1000. Con su sutil sentido del humor, nos propone Solo con verte. Canción romántica para nuestros donjuanes. Con todos ustedes: ¡Banda MS!
https://www.youtube.com/watch?v=GOs96LMUCDA


domingo, 17 de abril de 2016

Deporte infantil

Apunté a mi hijo a una escuela de fútbol sala, dirigida por un gran amigo mío. Tras los entrenamientos y los partidos, lo único que pregunto a mi hijo es si se lo ha pasado bien. Si un día me dice que no, se acabó la actividad. Mi idea no es convertir a mi hijo en una estrella de fama mundial. Solo pretendo que disfrute practicando su deporte favorito, que haga ejercicio con sus amigos y sobre todo que lo pase bien. Y es la norma general, pero siempre hay padres que pagan su frustración por no haber triunfado en el mundo del fútbol. Exigen que su hijo culmine su sueño y sea el sucesor de Di Stéfano, Pelé, Cruyff, Maradona, Zidane o Pedro Munitis...

Hay estudios que asocian la presión que sufren los chicos con lesiones que en realidad no tienen. Se llama Síndrome de Conversión. Los niños prefieren no jugar a seguir soportando la presión de sus padres o entrenadores. ¿Es esto lo que realmente queremos? He visto en partidos padres enfadados llegando incluso a insultar e intimidar a árbitros, entrenadores y rivales, independientemente de su edad. Incluso he visto a algún padre saltar al campo por discrepar con una decisión arbitral. Una locura. Alguna vez han salido en los telediarios de fin de semana.

La realidad es que estamos exigiendo a los niños que sean imagen de las estrellas del fútbol... o de lo que sea. Los padres fomentamos más que nuestros hijos sean Ronaldos o Messis a que estudien una carrera universitaria. Es más sencillo que nuestros hijos sean Belén Esteban que Ramón y Cajal. Seguimos creyendo en el éxito fácil. Luego nos abochornamos cuando un pelagatos gana cantidades astronómicas por aparecer en programas de televisión basura. No nos engañemos. Es lo que hacemos y fomentamos. Nuestros hijos copian su modelo a seguir: Nosotros.

Piensen.
Sean buenos.

La canción regalo de hoy viene de la mano de doña @RaquelMtnez_tv. Vielen Dank Freundin. Su título Ich will. Quiero. Poderosa canción: Queremos que confiéis en nosotros, queremos que nos creáis todo. Con todos ustedes: ¡Rammstein!
https://www.youtube.com/watch?v=EOnSh3QlpbQ



domingo, 10 de abril de 2016

Bancos y EREs

Hace pocas fechas, en el albergue de personas sin hogar donde trabajo, aprobamos una ayuda económica para comprar unas gafas a un usuario. Apenas veía y lo consideramos un tema prioritario. La propietaria de una óptica a la que contamos el problema se decidió a ayudar y nos aseguró que haría cuanto pudiera para ofrecernos un precio especial por las gafas. Finalmente, nos presentó un presupuesto de 59 euros. Muy barato. Para agilizar los trámites decidí ir al banco personalmente a realizar el pago... y aquí comenzaron los problemas.

Tras esperar mi turno en la interminable fila, la persona de la ventanilla, me informa, muy educadamente, de que para realizar dicha operación, tengo que ir al cajero automático que el banco ha dispuesto gentilmente en la puerta para estos menesteres. Pero no fue tan sencillo. La dichosa máquina no podía cobrarme 59 euros, porque no disponía de entrada de monedas. Hablé de nuevo con la personas de la ventanilla y me dio dos soluciones, o pago 60 euros a la óptica, o pago 2 euros por la comisión bancaria por hacerme el trámite. Es decir, o regalo un euro a la óptica, o regalo dos euros al banco. Como no podía regalar ese dinero a nadie, puesto que tengo que justificar cada céntimo que uso; ni me da la gana hacerlo —y menos a un banco— decidí ir a la óptica en persona y realizar el pago. Antes hablé con la persona de la ventanilla y le dije que de esta forma estaba perjudicando su propio puesto de trabajo, pero ella me dijo que solo cumplía órdenes.

Hoy, leemos en la prensa que el Banco de Santander ha obtenido unas ganancias en 2015 de casi seis mil millones de euros, un 2,6% más que el curso anterior. A pesar de eso, va a realizar un ERE que afecta a 1200 empleados y cerrará unas 450 oficinas. Era de esperar. Los bancos se han convertido en meras oficinas comerciales. Su único fin es vender productos, mientras los clientes hacemos nuestras operaciones telemáticamente. ¡Y aún así, nos siguen cobrando comisiones! Es sangrante que los propios empleados del banco faciliten las claves para que los clientes hagamos SU trabajo. Ahora, 1200 personas se quedan en la calle. ¿Alguien de verdad cree que el banco tiene remordimientos? Lo más doloroso es que esto no tiene atisbos de mejora. Sigamos pues riéndoles las gracias a los que nos esquilman. Cuando nos cobren por respirar, nos haremos los ofendidos.

Piensen.
Sean buenos.

Mi buena amiga Paloma MH se anima a enviarnos la canción regalo de hoy. Se trata de Je veux. Seguro que les gusta. Irradia felicidad. Además encaja con el tema del artículo: Quiero amor, felicidad y buen humor; no es vuestro dinero lo que me hace feliz, quiero morir con el corazón en la mano. Perdón por mi francés. No es mi fuerte. Aún así, disfruten. Con todos ustedes: ¡Zaz!


domingo, 3 de abril de 2016

¿Libertad o Seguridad?

Quien tiene la información tiene además el poder. Es algo implícito. Quien sabe algo, lo domina. Quien supo encender fuego, dominó la tierra; quien supo mover poleas, dominó la construcción; quien supo fabricar un teléfono inteligente, dominó el mercado de las telecomunicaciones. Ningún país en su sano juicio atacaría a su enemigo si supiera que el rival le gana en número y en armamento. Lo saben bien todas las empresas. Antes de lanzar cualquier producto realizan un estudio de mercado para conocer si su producto tendrá éxito o no.  La información pues no es gratis. Vale muchísimo. Se compra y se vende. Incluso ha habido gente que ha pagado con la muerte no dar información al enemigo, pero eso es otra historia...

Pero eso fue hace mucho tiempo. Actualmente, hemos decidido vender nuestra información personal a cambio de nada. Es decir, la regalamos. Son muchas las empresas a quienes, por el sorteo de un iPad, o cualquier otra memez, regalamos nuestros datos. Por no hablar de los colosos informáticos: Facebook, Apple, Google, Amazon y Microsoft. A estos, no solo los regalamos nuestros datos, sino nuestras fotos, nuestra vida privada, e incluso el número de nuestra tarjeta de crédito. Es cómico ver como Apple se niega a desencriptar el teléfono de un supuesto terrorista ante la admiración del populacho. ¿De verdad nadie se ha dado cuenta de que es una mera estrategia comercial? Me niego a creerlo.

Luego, exigimos a Papá Estado que nos protejan de los malos. Los malos, los enemigos, son variados: Yihadistas o ladrones informáticos, tanto da. Evidentemente, para luchar contra estos enemigos hay que pagar un peaje. Hay que elegir entre libertad y seguridad. Así, debemos ceder al chantaje que nos proponen nuestros gobernantes. Es una pregunta trampa. No existe libertad absoluta, sin embargo, sí existe control absoluto. Lo más curioso es que ya han decidido por nosotros. Con la excusa de prevenir atentados, nos vigilan e invaden nuestra intimidad. A cambio, ¿qué recibimos? Nada. Todos nuestros datos están en poder de las multinacionales, pero dudo de que usted se sienta hoy más seguro que hace una década.

Piensen.
Sean buenos.

Permítanme regalarles hoy la canción Ultra violeta (light my way). Entierras tu tesoro donde no puede ser encontrado, pero tu amor es un secreto que ha sido divulgado. Gran canción, para mí de las mejores del Achtung Baby. Mi disco favorito. No es poca cosa. Les regalo la versión en directo. Es sencillamente brutal. Con todos ustedes: ¡U2!
https://www.youtube.com/watch?v=TUD4CQT33w4