domingo, 29 de septiembre de 2019

Franco y la guerra de los 80 años

Esta semana el Tribunal Supremo ha avalado, por unanimidad, la exhumación del cuerpo de Franco y su traslado al cementerio de El Pardo. Desde el Gobierno se ha calificado de éxito; de gran victoria de la democracia; de justicia, memoria, dignidad; y de reparación del sufrimiento de las víctimas del franquismo. Palabrería. Quizá la auténtica victoria de la democracia hubiera sido sacar los restos de Franco al día siguiente de la formación del primer gobierno democrático tras la dictadura. El resto son gestos de cara a la galería. No obstante, me congratulo con el Gobierno. Somos realmente afortunados. La situación de la Sanidad, la Educación, los Servicios Sociales, y de tantos problemas que amenazan al país debe ser poco importante cuando el objetivo principal del Gobierno es la exhumación de Franco.
Soy insultantemente joven. Eso no se le escapa a nadie. Nací en 1974, un año antes de la muerte de Franco. Por supuesto, siempre he sabido que el dictador estaba enterrado en el Valle de los Caídos. Pero jamás le di la más mínima importancia. Era algo que ni a mí, ni a mis coetáneos nos ha resultado trascendente. Jamás, entre la gente de mi generación —e imagino en las generaciones más jóvenes— ha sido un tema recurrente de conversación. Como mucho, quizá, algo puntual. Se le ha dado la misma importancia que al lugar de enterramiento de Carlos IV—en la cripta del Real Monasterio de El Escorial, para los de la LOGSE—. Curiosamente, se habla más ahora de Franco que hace veinte o treinta años. Todos conocemos a alguien que fue torturado o asesinado durante la guerra. De esto hace ya ochenta años. ¿No ha pasado demasiado tiempo para empezar a olvidar? ¿Vamos a seguir odiándonos? ¿Hasta cuándo? ¿También odiaremos a los romanos por su invasión? Es hora de pasar página.

Imagino que todos los españoles estarán a favor de la exhumación de Franco de El Valle de los Caídos, como también de dar digna sepultura a todos los que están en las cunetas y anular los juicios políticos. Solo pueden oponerse a esta medida los franquistas y algún nostálgico irredento. Pero, si esto sirve para que España firme la paz definitivamente, yo me apunto. Ojalá a partir de ahora todos los españoles, juntos, y de una vez para siempre, podamos combatir la corrupción, tener una educación sobresaliente, luchar contra el paro, reclamar pensiones justas, proteger a los más desfavorecidos... En una palabra, buscar lo mejor para el país sin divisiones de izquierda y derecha, sin rojos ni azules. Hagamos borrón y cuenta nueva. Empecemos de nuevo a soñarlo todo. Sin rencores. ¿Creen que seremos capaces? A partir de ahora, los libros de historia indicarán que la Guerra Civil Española empezó en 1936 y terminó en 2019. Ochenta años después. ¡Qué país de estúpidos somos!

Piensen.
Sean buenos.

Coincidirán conmigo que un artículo sobre Franco, no merece la inclusión de un temazo. Sería malgastar una bonita canción. Ya que estamos hablando de muertos, permítanme incluir una canción fúnebre. No es serio este cementerio. Por lo menos nos reímos un poco con la canción. Con todos ustedes: ¡Mecano!
https://www.youtube.com/watch?v=4XXpg65qS34

domingo, 22 de septiembre de 2019

El circo del Congreso

Lo han vuelto a hacer. Cuando todos pensábamos que nuestros queridos políticos no podían hacer más el ridículo, han batido su propio récord de estulticia. Han conseguido el más difícil todavía. Humillar, avergonzar, abochornar a todos los españoles. Cinco meses después de las elecciones, han demostrado ser unos impresentables, incapaces de formar gobierno. En este caso, han sido todos, los que con sus estúpidos vetos han perpetrado un insulto a toda la sociedad. Tras las elecciones, todos marcaron unas líneas rojas inquebrantables —que a última hora quisieron negociar— que ha impedido formar un gobierno. Imperdonable. El daño que está haciendo esta generación de políticos de medio pelo, sin preparación, sin sentido de estado y repletos de soberbia, es incalculable. El resultado es el que todos conocen. Han convertido el Congreso en un circo.
Ahora, toca precampaña y campaña electoral. ¿Volveremos a escuchar los mismos discursos, las mismas mentiras, de hace cinco escasos meses? ¿Tendremos que ver otra vez en televisión a los mismos payasos intentando convencernos para que los votemos? ¿Las —¿o eran los?— mismas caras prometiéndonos las mismas falacias que incumplirán? Nosotros hicimos nuestro trabajo, que fue votar. Ellos solo tenían que ponerse de acuerdo con lo votado y formar un gobierno. Y no era difícil. Pero, como son unos egoístas, unos inútiles, y sus únicas aspiraciones son las propias, han fracasado, abocándonos a nuevas elecciones. Con lo que eso conlleva. Aparte del despilfarro económico. Los españoles nos gastaremos 180 millones de euros por la incompetencia de esta gentuza. ¿Se imaginan que no cobraran ni un céntimo como castigo a su ineptitud? Por supuesto, no habrá ninguna dimisión. Irán altaneros culpando al resto de formaciones políticas de imposibilitar la formación de un gobierno. Y lo más triste es que algún votante lo justificará. Se están mofando de nosotros en nuestra cara. Y seguimos permitiéndolo.

Hace ya algunos años los españoles dijimos no a las mayorías absolutas. Ahora hemos decidido que el Parlamento esté formado por multitud de partidos, que haya representación de varias formaciones políticas. De ahí su nombre, Parlamento. Donde los políticos llegan a acuerdos, independientemente del color del partido. Pero estos prestidigitadores sinvergüenzas han sacado un conejo de la chistera. Han repetido una mentira mil veces hasta que hemos pensado que era cierta. Nos han hecho creer que un Parlamento debe estar formado mayoritariamente por izquierda o derecha. Y si no, dicen que es ingobernable. Es falso. Lo que necesita España es algo que hoy es una quimera. Urgen políticos con altura de miras, cuyo fin sea lo mejor para el país, y no lo mejor para sus partidos. Necesitamos grandes pactos de estado en todas las áreas: Educación, Sanidad, Servicios Sociales... y dejarnos de estupideces. Pero esta gentuza, estos rebañaollas, solo piensan en su propio interés. Es sencillo de entender. Si tienen todo el poder, pueden colocar al resto de sus amigotes, tan ineptos como ellos y con sus correspondientes carnés del partido entre los dientes, en puestos de responsabilidad, cobrando millonadas. Enriqueciéndose vilmente con el dinero de todos. No les preocupa otra cosa. Y mientras, usted y yo, embobados con chorradas como el fútbol, la telebasura u otras sandeces de mayor calibre, siguiendo el juego a este hatajo de imbéciles.

Piensen.
Sean buenos.

Reconozco que la primera canción que se me ocurrió para este artículo era Había una vez un circo, de los Payasos de la Tele... Pero era demasiado evidente. Según escribía, recordaba la letra The Fly. No es ningún secreto que nuestro mundo está en oscuridad. No es ningún secreto que un mentiroso no creerá a nadie más. No es ningún secreto que la conciencia puede ser una plasta. Cada artista es un caníbal, cada poeta, un ladrón; todos matan su inspiración y cantan sobre su dolor. Por tanto, la canción de hoy tiene que ser esta. Con todos ustedes: ¡U2!
https://www.youtube.com/watch?v=ErW8D4F7uCU



domingo, 15 de septiembre de 2019

Un violador en la calle

Juan Carlos G.R. conocido como el Violador múltiple de Málaga, fue condenado en 2005 por trece agresiones sexuales y once en grado de tentativa a 271 años de cárcel. Tras pasar únicamente 17 años entre rejas, el juez ha decidido concederle el tercer grado, es decir, la semilibertad. Solo irá a dormir a prisión. Dentro de poco, sus únicas medidas serán una orden de alejamiento de las víctimas. La Junta de Tratamiento del Presidio ha emitido un informe en desacuerdo con esta medida. Aseguran quienes trabajan con él que no está preparado para su reinserción en la sociedad. El juez, por su parte, asegura que el comportamiento de Juan Carlos es intachable, que ha demostrado una estabilidad y madurez personal, y un arrepentimiento y empatía con las víctimas. 
Doy por sentado que el juez ha cumplido la ley a rajatabla. Criticar a los jueces por hacer su trabajo no conduce a nada. Es evidente que ellos aplican las leyes. Se cumplen las condiciones para que este reo tengo este nuevo régimen. Y en este caso, Juan Carlos ha cumplido sobradamente tres cuartas partes de su condena. 20 años, debido a las limitaciones del artículo 76 del Código Penal. A partir de hoy ya sabe lo que tiene que hacer. Si está en desacuerdo con ciertas leyes, cuando vaya a depositar su voto en la urna, recuerde quién se acerca más a su idea de justicia y no a las siglas de siempre, cuyo único fin es enriquecerse a costa del populacho. Vote con cabeza. Aunque eso es otra historia...

A mí me da igual que se cumplan las condiciones para que estos tipos salgan a la calle. Sé que el fin de la prisión es la reinserción, pero la experiencia nos dice que hay delincuentes que no se van a reinsertar nunca. Y la solución no puede ser dejarlos en libertad. Su condena es de más de 200 años. Si cumple su condena no se está cometiendo ninguna injusticia. No olvide que antes de su detención, el comportamiento de Juan Carlos era ejemplar. ¿Y si mañana decide violar a otra mujer? ¿Volveremos a lamentarnos? ¿Nos preguntaremos qué ha podido fallar en nuestro sistema judicial? Quizá pueda pecar de demasiado exigente, pero prefiero que este tipo de criminales se queden recluidos en celdas a vivir con miedo ante un posible ataque.

Piensen.
Sean buenos.

Doña @BeatrizBagatela nos propone un temazo. Sympathy for the devil. Les aseguro que la considero la segunda mejor canción de la historia del rock. Falta saber quién cree usted que es el demonio aquí. Con todos ustedes: ¡The Rolling Stones!
https://www.youtube.com/watch?v=ZRXGsPBUV5g

domingo, 8 de septiembre de 2019

Tontos y manipulables

Es evidente que España está repleta de tontos. Desgraciadamente, cada día aparecen más. Parece que se multiplican por las noches para asombrarnos cada día con una nueva estupidez. Una muestra de esto es que vivimos en un país en el que se grita más alto un gol que una injusticia. Donde nadie se escandaliza ante las desgracias que presenciamos diariamente. Un país que ensalza a los cantamañanas que aparecen en programas de telebasura, mostrando sus vergüenzas; mientras que se vitupera a los sabios. Asusta observar cómo nuestros hijos no saben cuándo se descubrió América, ni las capitales de los principales países mundiales, ni la diferencia entre haber y a ver, ni multiplicar. Incluso hay quienes no saben la diferencia entre un neutrino y un neutrón. Imperdonable. Pero eso sí, conocen la vida y milagros de participantes de concursos zafios y denigrantes en islas, casas o dondequiera que sea. 
La tontería de esta semana ha sido descubrir las denuncias de los editores de libros de texto de este año por las presiones de las que son objetos por los politicuchos de turno para colar sus caprichos en los libros de texto. Así, en Cataluña no se puede hablar de los Reyes Católicos y, en Canarias, están vetados los ríos. En Andalucía hay que explicar la geometría a través de la Alhambra. Incluso en Castilla-La Mancha se tuvo que adaptar un libro sobre la caja de cambios de un vehículo a la realidad autonómica. Para que se haga una idea, en los últimos diez años han aparecido 1 700 normas jurídicas nuevas que cambian la regulación curricular. Esta sinrazón ha provocado que las editoriales publiquen este año más de ¡50 000 volúmenes! Una locura. Estamos a merced de los caprichos del mandamás de turno. Y lo que es realmente grave, por encima incluso de la ciencia.

Es evidente que ningún gobernante quiere mejorar la educación del país. De haberlo querido no habrían consentido el despropósito de tener diecisiete sistemas educativos en un país. Donde cada tonto antepone sus intereses pueblerinos a los alumnos. Pero no se confunda. Esto no es una equivocación. Es un plan perfectamente orquestado por estos políticos sinvergüenzas cuyos únicos méritos en la vida han sido tener el carné del partido y medrar. Su idea es conseguir una sociedad de tontos y manipulables. Una cosa lleva emparejada la otra. Cuanta menos capacidad de reflexión tengan nuestros hijos, serán más fáciles de manipular. La tele, los canales de internet a los que son asiduos ayudan mucho a conseguir el objetivo. Y tengo malas noticias. Ya casi han conseguido sus objetivos. Quizá es momento de tomar cartas en el asunto. ¡Despierte!

Piensen.
Sean buenos.

Ya que hablamos de tontos, me pide mi hijo que incluya la canción Eres tonto. Vamos allá. No siempre, pero alguna vez hay que darles algún caprichito. Espero que la disfruten. Con todos ustedes: ¡El Canto del Loco!