domingo, 20 de agosto de 2017

Atentado en Barcelona

Ha vuelto a ocurrir. Unos asesinos han perpetrado un terrible atentado en Barcelona. El modus operandi es tan sencillo como efectivo. A través de un vehículo, en este caso, una furgoneta, atropellan, de manera indiscriminada, a los viandantes en un lugar concurrido. Así hicieron en Niza, Berlín, Londres y Estocolmo con diferente saldo de víctimas. En Barcelona se han contado ya catorce muertos y más de una centena de heridos de diversa consideración. Como era de esperar, los malnacidos del Estado Islámico han reivindicado el atentado. A nadie le sorprende, los bastardos solo saben hacer el mal.
Hay quienes han aprovechado la situación para enviar, a través de todo tipo de medios, imágenes o vídeos de los heridos y los muertos. A estas alturas todavía no distinguen entre información y morbo. Es sencillo discernir. ¿Aportan algo esos vídeos o imágenes? Si la respuesta es no, haga el favor de no compartir. No soy capaz de comprender cómo alguien al ver a una persona malherida o fallecida, en lugar de ayudar, acompañar, consolar... se le puede ocurrir grabarlo en su flamante teléfono móvil. ¿Para qué? Por supuesto, las redes sociales, con la mejor intención sin duda, se han llenado de imágenes lamentando y condenando el atentado. Quizá sea el momento de replantearse si la forma más efectiva de combatir a esta gentuza es a través de lacitos negros, frases grandilocuentes o de imágenes más o menos lindas. Por su parte, nuestros políticos han hecho lo que tenían que hacer. No han defraudado. Debemos reconocer que han hecho exactamente lo que esperábamos de ellos. Colocarse para la foto. Lamentable, como acostumbran. La unión frente a los terroristas terminó cuando acabó el minuto de silencio institucional.

Resulta descorazonador observar cómo tras el atentado, la sociedad se resquebraja. Cuesta creerlo, pero hay quienes se han alegrado porque  el atentado ha sido en Cataluña, o quienes siguen buscando al culpable en la foto de las Azores, o aquellos que critican que se den explicaciones en catalán, o quienes culpan a TODOS los musulmanes o inmigrantes de los atentados y claman por su expulsión de Europa... Podría seguir ad nauseam poniendo ejemplos. Creo que todos ustedes saben perfectamente a lo que me refiero. Es el paroxismo. Una exaltación extrema de las pasiones defendiendo una ideología política por encima incluso de los muertos. Absolutamente ridículo e infructuoso. Pensaba que tras un atentado de estas características, la sociedad debía cerrar filas y luchar contra el enemigo común, que son estos asesinos. Hoy, la prioridad es acabar con esta gentuza. Mañana tendremos tiempo de analizar, con la cabeza fría. Pero eso sería en un país normal, no en España, un lugar donde sus habitantes buscan cualquier excusa para llegar a un enfrentamiento.

Piensen.
Sean buenos.

La canción regalo de hoy es una de mis favoritas. Desde siempre. Un himno por la paz.  Ha habido un montón de comentarios acerca de esta canción. Quizá demasiados. Esta canción no es una canción rebelde. Esta canción es Sunday bloody Sunday. Con todos ustedes: ¡U2!

1 comentario:

  1. es increíble este tema de que " todos nos creemos" reporteros y el morbo gana mas que la humanidad...terrible

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