lunes, 28 de octubre de 2013

Doctrina Parot

Como todos esperábamos —aunque nadie deseaba— el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) resolvió que la aplicación de la Doctrina Parot con carácter retroactivo vulnera el Convenio Europeo de Derechos Humanos. La sociedad en general se entristece ante esta resolución. Solo los malnacidos pueden alegrarse de que asesinos, pederastas, violadores y demás gentuza salgan de la cárcel sin haber cumplido su condena. Las víctimas del terrorismo clamaban ayer por la justicia.

Seguramente si preguntáramos confidencial o extraoficialmente —off the record dirían los posmodernos trasnochados— a las personas que se manifestaron ayer, solicitarían la pena de muerte o cadena perpetua para los reos. ¿Es eso justicia? Aunque digan lo contrario, lo que en realidad pedían era venganza. Pura y dura. Nos guste o no —y reitero, a todos nos ha disgustado la resolución del TEDH— debemos acatar las sentencias. Siempre. Cuando nos favorecen y cuando no.

La conclusión es evidente. Los responsables de que estos asesinos estén en la calle son los políticos, que han permitido que se llegue a esta situación por no haber cambiado la ley a tiempo. Y no vale con eso. Hay que profundizar un poco más. No olvide que esos políticos están ahí porque alguien los ha votado. Ahora toca que seamos un poco autocríticos con nosotros mismos. A estos políticos, y a los otros, los hemos votado usted y yo. Por tanto, todos somos culpables. Las manifestaciones de ahora son pataletas de niño pequeño. A partir de hoy, ya sabe lo que tiene que hacer con su voto. Alea jacta est! (la suerte está echada, para los de la LOGSE).

Piensen.
Sean buenos.

Ayer falleció mi admirado Lou Reed. Permítanme que la canción regalo de hoy no sea de U2, sino del genial artista neoyorkino. La elegida es: Perfect day, RIP Lou.



lunes, 21 de octubre de 2013

Teleoperadoras pesadas

Tras una jornada laboral extensa, llegué a casa pasadas las nueve de la noche. Tras bañar, rezar y acostar a mis hijos, por fin me dispuse a cenar. Eran casi las diez de la noche, por lo que me apetecía estar un rato junto a mi mujer —a quien venero— y ver una película juntos. Ya saben lo poco que me gusta la televisión. En ese momento sonó el teléfono. Supuse que era algún familiar o amigo, porque a esas horas, solo la gente de bien tiene permiso para molestar. Craso error. Era una teleoperadora intentando convencerme de los magníficos servicios de la empresa para la que trabajaba. Su impertinencia me enfureció, e incluso puse una reclamación en la susodicha empresa quejándome. De nada me sirvió. A los tres días volvieron a llamarme con la misma cantilena.

Es imposible luchar contra estas prácticas. Cualquiera de ustedes ha empleado mil estrategias ante estas llamadas, y todas son fútiles. Ha probado ser amable, antipático, mentir asegurando que trabaja para la competencia... Todo.  Y es inútil. No merece la pena pagarlo con la trabajadora de turno. Está haciendo su trabajo y tal como están las cosas hoy día, no se puede elegir, a pesar de que Botín ve llegar dinero de todas partes. A la empresa le da absolutamente igual su comportamiento. Van a seguir machacándole porque han comprobado que es una técnica efectiva. Mal que nos duela.

¿Qué solución nos queda a los pobres ciudadanos? Sencilla. Pagarles con su misma moneda. La empresa quiere llegar al mayor número de potenciales clientes en el menor tiempo posible, así que la estrategia es la siguiente. Cuando le llamen preguntando si es usted el titular, asegura que no, y que ahora se pone. E inmediatamente después, deja el teléfono apoyado en la mesilla, mientras usted sigue con sus quehaceres, así no le hacen perder su valioso tiempo. Les aseguro que tras unos minutos la trabajadora en cuestión colgará el teléfono, dejando de importunarle y además así evitamos que molesten a otros. El plan es de mi hermano Pablo, y ¡asegura que funciona!

Piensen.
Sean buenos.

La canción regalo de hoy es "Zooropa". Me lo ha pedido mi mujer, así que... No hay nada más que añadir. Disfruten. Es U2.





lunes, 14 de octubre de 2013

Uno de los nuestros

Esta semana hemos sido testigos del acoso sufrido —escrache dirán ahora los posmodernos trasnochados— por la juez Alaya tras tomar declaración a Salvador Mera, por el caso de los Expedientes de Regulación de Empleo fraudulentos, en lo que se ha llamado el caso de los EREs falsos. Un grupo de personas gritó "Libertad" al aparecer el detenido, y posteriormente increpó a la juez —jueza dirán los mismos posmodernos—, a quien algún iluminado llamó "Fea". Seguro que usted ha sido testigo de estos hechos por la televisión, y no es necesario extenderse más.

No crean que es un hecho aislado. Estamos cansados de ver como ocurre también en muchos ámbitos. Cuando algún juez se atreve a cargar contra un miembro de un determinado partido, y da igual cuál sea, los militantes o simpatizantes —y militantas o simpatizantas seguirán insistiendo los posmodernos— defenderán a capa y espada a su partido. Asegurarán que todo es una campaña de "los otros" para desprestigiarles. También ocurrió hace unos días cuando el populacho jaleó a Messi cuando fue a declarar por presunta evasión fiscal. Como es del Barça es inocente, sí o sí. Evidentemente, para los del otro bando, es prácticamente reo de muerte. En fin...

Cualquiera puede cometer una barbarie, que no realizará un mínimo de autocrítica. Eso siempre queda para el otro. Lo importante es que si es "uno de los nuestros" es inocente. Por definición. Por concepto. Con este planteamiento tan pueril, es complicado avanzar. Siempre había pensado que todo proyecto necesita una evaluación para enmendar los errores y fortalecer los aciertos, pero todo eso acabó. A partir de ahora solo vale el "o eres de los míos o estás equivocado".

Piensen.
Sean buenos.

La canción regalo de hoy es una obra maestra. "One". Elegida como una de las mejores canciones de la historia. Aunque la mayoría de la gente piensa que es una canción de amor, en realidad habla de una separación: Somos uno, pero no somos lo mismo. Y como obsequio de la casa "Unchained melody". Disfruten. Es U2.




lunes, 7 de octubre de 2013

El horario de los funcionarios

La semana pasada nos encontramos con una noticia curiosa. Desde la Consejería de Agricultura de Castilla-La Mancha se envió un correo electrónico a los trabajadores para anunciarles que con motivo de la celebración de san Francisco de Asís, se les concede una dispensa de hora y media para que puedan asistir a la eucaristía que se celebró en una iglesia toledana. Digo que es una noticia curiosa, porque si se exime de cumplir la jornada laboral por acudir a una celebración religiosa, ¿qué puede impedir la dispensa por celebrar una victoria deportiva, por poner un ejemplo a vuelapluma?

Sí, ya sé que usted que es funcionario cumple con su horario a rajatabla, y que es lo habitual, pero es evidente que hay cierto descontrol en muchas oficinas públicas. Usted, como yo, ha visto a funcionarios entrar a trabajar a las ocho de la mañana, fichar y salir a desayunar hasta las nueve. Por supuesto a media mañana salen a desayunar de nuevo, y luego llegan a sus casas a las dos y media cuando su jornada termina a las tres. Eso cuando la ficha es electrónica, porque cuando el control es a través de la firma del trabajador, el desbarajuste es mayúsculo. Otra cuestión ¿Cómo se permite hacer horas extras a un funcionario? Si no ha realizado su trabajo a tiempo debería justificar porqué. A lo mejor ha estado holgazaneando...

Si estamos en contra de la dispensa por acudir a celebraciones religiosas, —y es lo normal—estamos en contra de toda dispensa, incluido hacer la vista gorda por parte de los superiores, quizá la verdadera razón de este problema. Hasta donde yo sé el sueldo de los funcionarios públicos sale también de mi bolsillo, entonces estoy en disposición de exigir que cumplan con su horario y con su función. Llegados a este punto me pregunto ¿por qué se escaquean? y lo que es peor ¿por qué se les consiente? ¿Ser trabajador de la administración pública da derecho a todo? Yo quiero que el empleado público sea eficaz ¿y usted?

Piensen.
Sean buenos.

La canción regalo de hoy es "Vertigo". Mucha energía para comenzar la semana. Espero que no les dé mucho vértigo a mis amigos funcionarios. Disfruten. Es U2.