domingo, 30 de diciembre de 2012

Misa de la Familia

Desde el viernes hasta ayer domingo, se celebró en Madrid, organizado por el Arzobispado y bajo el lema "La familia cristiana es la esperanza para hoy" la Fiesta de la Familia, que concluyó con la ya tradicional Misa en la Plaza de Colón. Al acto acudieron diferentes parroquias de toda España, movimientos, congregaciones y asociaciones religiosas. Parece que este año ha acudido menos gente pero no voy a entrar en la guerra de cifras de todos los años, porque considero que es entrar en un juego pueril. Fue quien quiso y quien pudo.

Es inevitable que siempre que se organiza un acto de esta índole haya críticas a la Iglesia Católica por predicar que la familia está formada por un hombre y una mujer y su rechazo al aborto fundamentalmente. No entiendo el revuelo. Lleva haciendo esto mismo más de 2000 años. Si la Iglesia considera que esa es la verdad, lo normal es que lo defienda. Ignoro por qué cada vez que una persona con sotana da una opinión, ésta se invalida automáticamente. Yo, lo reconozco, no tengo ningún interés en la Cienciología, y cada vez que alguien de esta iglesia da su opinión, sencillamente no le presto atención. Sin ofender a nadie.

Hay mucha gente que piensa que puede haber una "Iglesia a la carta" al igual que existe una televisión a la carta. Así se podría elegir entre qué nos conviene y qué no, al igual que hacemos con los canales de televisión. Opinan que la Iglesia debería reformar o "modernizar" determinadas cuestiones, sobre todo relacionadas con el matrimonio. Lamento informarles de que la Iglesia no funciona así. La Iglesia tiene unas características, y usted es libre de aceptarlas o rechazarlas.

Piensen.
Sean buenos, especialmente estos días si quieren que los Reyes Magos les traigan regalos.

Este es el regalo de hoy. No podía ser otro: New Year's Day.

9 comentarios:

  1. Si te expones de forma pública.....debes exponerte con todas las consecuencias, para que te den la razón o para que te rebatan la misma. Yo no estoy de acuerdo en que sean invalidadas automaticamente las opiniones de alguien con sotana. Hay verdaderos sabios con sotana. Pero es cierto que el debate es sano y provoca algo en el ser humano buenísimo....cuestinarnos cosas. Así se evoluciona. La iglesia tambien. Y tambien es cierto que se ha equivocado muchas veces y rectificado. Dejemos que haya debate, que haya opiniones por ambos lados.......y que la intolerancia de todos sea erradicada algún día para siempre. Feliz Año Nuevo, Diego. Bagatela.

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  2. Una de las cosas que más me molesta, de las personas en general, es la incoherencia, la cual yo definiría como decir una cosa y hacer otra.
    Me parece normal que los representantes de la iglesia (porque recuerdo que la iglesia somos todos) prediquen o defiendan el mundo como ellos lo entienden, pero lo que me "jode" es que rechacen a los que lo entienden de otra manera cuando tendrían que aceptar a todas las criaturas de Dios tal y como Dios las creó.
    No todo lo diferente es pecado ni "deformación" humana, ni vicio. De hecho, creo que las sotanas que más expresan cómo debe ser la familia, cómo debe ser la educación, cómo debe ser la persona, son las sotanas más alejadas del servicio al prójimo y las sotanas que trabajan en Villaverde, en las mil viviendas de Sevilla, etc son las que más pasan de meterse en teologías y simplemente, ayudan.
    Y eso sin hablar de los que se pasan sus propios sermones por....
    Esta es mi opinión, pero también es ignorable o aceptable (a pesar de no llevar yo sotana). Gracias por leerla.

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    1. Gracias por escribirla, porque me ha gustado.

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  3. Valiente DIegus. Feliz año. Y que decir,..el que se pica ajos comen. Pero esta Iglesia formada por personas (de ahí sus errores), debe de decir verdades que escuecen, por eso es tan perseguida. Yo tengo la suerte de tener una familia de esas cristiana, tradicional dirán ahora,...lo mejor diría yo. Escuela donde aprender a querer y a que te quieran,..por sólo ser.

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    1. Se puede querer y valorar exactamente con la misma intensidad a la familia prescindiendo de las directrices de la Iglesia.

      El ser humano tiene de serie unos valores que le han sido puestos por el Creador, y que, personalmente, dudo mucho que Éste aprobase las formas que impone la Iglesia Católica, y que pueden ser respetados por otras vías, sin ser por ello menos válidas. De acuerdo estoy en que la falta de un hilo conductor, a modo de religión, moral, o lo que sea, puede llevar a la perdición, con casos tan asquerosos como los que llenan los telediarios.

      Buena la afirmación de que la Iglesia está formada por personas. Sería bueno que esas personas admitan sus errores más a menudo. Al menos el Papa actual, al que recibí con recelo, no ha tardado tanto en pedir perdón por errores como en el caso de Galileo.

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  4. Si la Iglesia llevase dos mil años diciendo lo mismo posiblemente no hubiese arrasado con la Fe de muchos. Pero los cambios de criterio incoherentes y que, paralelamente, se aferre a posiciones difícilmente comprensibles si no es con el apoyo de una Fe ciega (lo cual va, normalmente, en contraposición de un cierto grado cultural o, mejor dicho, intelectual) hace que se produzcan esas deserciones y esas posturas enfrentadas, muchas de ellas, también hay que decirlo, sin fundamento.

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  5. No estoy de acuerdo con que la gente sea libre de aceptar o no la dirección que marca la Iglesia. No puede negarse que se ha valido, en buena medida y durante siglos (incluida buena parte del siglo XX) en la ignorancia y el miedo de la gente a pensar de modo distinto.

    Basta con plantear algo contrario a un supuesto dogma para que directamente te digan "anda, calla, no digas esas cosas" o frases por el estilo, sin que nadie se atreva a plantearse si puede ser cierto o no.

    Pongo un ejemplo: dudo mucho que ningún católico de abolengo se plantease cuestiones como el no celibato de Jesús, o el que Santa Teresa sufriese algo parecido a ataques epilépticos, y no éxtasis que la comunicaban con Dios... ¿qué pasaría si hoy en día alguien contase que le suceden esas cosas? Pues la respuesta es clara: un Carlos Jesús o Rappeles o similares... se les tomaría por locos. A Santa Teresa, por tener el aval de la Iglesia oficial -que ya me gustaría saber en qué se basa- pues eso: Santa.

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  6. El 1 de enero aparecía publicado en Religión en Libertad un artículo de Alex Rosal acerca de una frase pronunciada por Imanol Arias en la retransmisión de las campanadas de fin de año. ¿Cómo es posible que, entre tantas –tantísimas– palabras, frases, expresiones –muchas altisonantes– haya algo que todavía llame la atención? ¿Qué habrá podido ser?

    Tan llamativo resultó el hecho, que hasta algunos medios de comunicación en el extranjero hablan de ello. Así, el portal de noticias argentino Verdad en Libertad mostraba el siguiente titular: FRENTE A 10 MILLONES DE TELESPECTADORES. Imanol Arias desafía la censura laicista y comienza el año en Televisión Española con un "Dios los bendiga a todos ustedes"

    En el cuerpo de la noticia sobre la “moderna España”, el periódico se explaya de la siguiente manera:

    RESUMEN VenL. Apenas quedaban unos segundos para las campanadas del nuevo año, y más de 10 millones de españoles estaban atentos a la televisión y, en concreto, a TVE, una tradición que hace de la televisión pública ser imbatible en fin de año. Los presentadores de este año eran dos caras conocidas: Anne Igartiburu y el actor Imanol Arias, quien tomó la última palabra televisiva del 2012, y sin que nadie esperase ya más novedades que las propias campanadas, soltó desde lo más profundo de su corazón esa sencilla y breve frase: “Dios les bendiga a todos ustedes”. Entre el racionalismo tan incrustado en las cabezas de los europeos y la corrección política es casi imposible que se pueda escuchar expresiones tan comunes en otros tiempos. Por eso es noticia que en la España del siglo XXI se pueda escuchar desde una televisión generalista y pública, en una franja de máxima audiencia, un mensaje religioso tan nítido y espiritual.


    Invito también a la lectura del artículo de A. Rosal –más extenso–, y añado algún comentario, por mi parte:

    Es muy triste –y no menos preocupante– que cause tanta sorpresa que un presentador de televisión exprese algo tan sencillo, corriente y positivo como “que Dios los bendiga a todos”. Y digo corriente porque en nuestras conversaciones cotidianas no es extraño escuchar el nombre de Dios, tratado con respeto. Es algo que forma parte de nuestra cultura y también de la de la mayoría de aquellos que han decidido venir a vivir a España en los últimos años. Sin embargo, no sucede lo mismo en el ámbito público.
    Imanol Arias se ha salido del guión, sin duda. Es verdad que el hecho no da para canonizarlo. Palabras semejantes podrían haber sido pronunciadas por cualquier interesado y calculador político si así se lo aconsejaran sus consejeros a sueldo. Pero dado el ambiente que hoy se vive en España, su frase –pronunciada, además con notable sinceridad–, demuestra que el actor está por encima de respetos humanos. Fue una frase valiente, expresión de genuina libertad, y puede constituir un revulsivo para cobardes o tímidos. (En la noticia del digital argentino puede verse el vídeo con las palabras en cuestión). En cualquier caso, no es más que una anécdota, en el contexto de la ausencia generalizada de un adecuado reconocimiento positivo de la libertad religiosa en los medios de comunicación.

    Personalmente, estoy convencido de que el laicismo radical tiene perdida la batalla en su intento de prohibir cualquier referencia a Dios o a la religión en el ámbito público. Se está ntentando borrar a Dios –y, de manera muy especial, a Cristo– de nuestro lenguaje, de nuestras costumbres y de nuestra cultura. Pero no lo van a conseguir. Y esto, sencillamente, porque Dios forma parte de la realidad. Es más, Él es el fundamento de todo lo que existe, y la razón de ser de todo.
    Hablar de Dios –en público o en privado– siempre que nos parezca oportuno no constituye ninguna ofensa real para nadie. “Anunciad a Cristo oportuna e inoportunamente”, decía San Pablo. No nos vamos a dejar amedrentar por el laicismo radical, que no tiene futuro alguno, y menos en tiempo de Navidad, en el que se recuerda que el mismo Dios vino a acampar entre nosotros, compartiendo nuestra humana vida.

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  7. Todos tenemos claro cómo funciona la iglesia, todos sabemos que no es una democracia, que lo que dictan sus jerarcas no es opinable. Alguien debería explicarles a ellos cómo funciona la sociedad y que quienes no estamos subordinados a ellos no tenemos porqué reconocerles como poseedores de la verdad ni vivir según sus normas.

    El problema no es que prediquen en contra del aborto, del preservativo o de otro sinfín de cosas aceptadas por la sociedad en general y que recomienden a sus fieles que no las practiquen. Hasta ahí sería perfectamente respetable. El problema es que pretenden hacer de sus creencias ley, imponiendonos a todos sus "verdades" y criminalizando a quienes no las comparten.

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