domingo, 17 de marzo de 2019

Martín de Paz

Hoy ha sido un día duro. Me han dado una noticia terrible. Mi querido amigo Martín ha muerto. Un maldito cáncer se lo ha llevado. Una noticia esperada, pero en el momento de recibirla siempre te deja en un estado de conmoción. Ahora mismo solo tengo tristeza. Ganas de llorar. Solo me consuela la fe. Saber que ya está en el Cielo, con el Padre. Ya descansa en paz.
Conocí a Martín cuando teníamos 7 años, cuando yo llegué al nuevo colegio. Jamás olvidaré la impresión que me causó ver a un niño tan grande. Después comprendí que tenías que ser tan grande para que te cupiera el corazón. Ese enorme corazón. Desde entonces, hemos compartido mil historias. En el mismo curso hasta COU. Después, aunque estudiando carreras universitarias diferentes y tener profesiones completamente distintas, siempre hemos estado en contacto, de una forma u otra. En el mismo grupo de amigos en el que hemos reído, hemos llorado, hemos disfrutado y lo hemos pasado mal. Recuerdo esos partidos de fútbol los sábados por la mañana, aquellos sábados de adolescencia, aquellas vacaciones en Zarautz en casa de Iñaki, aquellas fiestas de Nochevieja en casa de Javi, aquellas excursiones con el cole, aquel viaje a París, aquellas cervezas. Tantas y tantas cosas que jamás olvidaré. Tampoco quiero olvidar tu optimismo. Aún en tu sufrimiento, en tu dolor, jamás te vi quejarte. Siempre eras optimista. Siempre alegre, siempre dispuesto a todo. Siempre estabas sonriendo. Siempre.

Hoy solo puedo estar triste y agradecer a Dios haberte conocido. Gracias por todo lo que me has enseñado. Por haber estado en todos esos momentos y en muchos más que no puedo poner aquí. Necesitaba agradecerte tantas cosas que hemos pasado juntos. Un abrazo enorme, querido Martín. Querido amigo. Jamás te olvidaré.

Hoy no es necesario que piensen.
Sean buenos.
Pero, por favor, recen por él.

Por supuesto, hoy la canción tiene que ser Wish you were here. Ojalá estuvieras aquí. Cada vez que escuche esta canción, vendrás a mi corazón. Con todos ustedes: ¡Pink Floyd!

12 comentarios:

  1. Gracias Diego por tan bonitas palabras. Martin descansa en paz. Gracias por tanto. Nos veremos algun dia. Te queremos muchísimo.

    ResponderEliminar
  2. Muy bonitas palabras, Diego.

    ResponderEliminar
  3. Gracias, Diego, por tus palabras, comparto todo lo que dices, la canción bien elegida, la que él hubiera escogido. Un abrazo

    ResponderEliminar
  4. Preciosas palabras.
    Era un alma buena. Y esa sonrisa lo decía todo sin decir nada.
    Nosotros y todo el que le quiso alguna vez le haremos eterno recordandole siempre.
    D.E.P.

    ResponderEliminar
  5. Todos los buenos se van pronto porque Dios los quiere a su lado y mientras aqui quedamos llorando el profundo vacio que nos dejan. Un beso muy fuerte a todos los que compartisteis desde la mas tierna infancia la vida se este gran chico. Descanse en paz

    ResponderEliminar
  6. Amable despedida. "Algo se muere en el alma cuando un amigo se va" triste verdad.
    Un fuerte abrazo amigo.

    ResponderEliminar
  7. Ha sido un placer conocerte Martín...ayer, viendo tanta gente en el tanatorio me di cuenta cuántos amigos has dejado tristes,con rabia y sin entender tu marcha tan pronto; yo comprendí que Dios se lleva a los mejores y tú lo has demostrado aquí abajo: buen hijo, buen hermano, buen marido, buen padre, buen amigo. Un besazo enorme a Teresa por esa entereza durante tu enfermedad.Hasta pronto Martín

    ResponderEliminar
  8. Muchas gracias, Diego, por tan hermosas palabras que tan bien definen a Martín.Yo le conocí desde que me alcanza la memoria, y gracias a él a muchos amigos más. Y aunque me esforzara mucho no encontraría ni un mal recuerdo.
    Un abrazo muy fuerte a Martín, allí en lo alto, y a todos sus seres queridos y amigos, que siempre le echaremos de menos pero nunca le olvidaremos.

    ResponderEliminar
  9. Gracias Diego, cuántos recuerdos entrañables, cuántos momentos inolvidables, los partidos de los sábados y mil más, qué persona maravillosa, ni una queja ante su enfermedad. Nada será igual sin Martín. A rezar mucho por nuestro querido amigo

    ResponderEliminar
  10. Es increíble cómo ha tratado su enfermedad como una cosa, que ahí estaba, pero siempre quedaba su persona como lo que es, algo distinto y mucho más valioso que la enfermedad, siempre por encima de ella. Seguro que ahora está en el Cielo, por encima de la enfermedad y por encima de la muerte. Qué tío más grande, Martín

    ResponderEliminar