domingo, 29 de octubre de 2017

Sologamia

Ha llegado una nueva tendencia. Se trata de la Sologamia. Es decir, casarse con uno mismo.  O mejor, con una misma, puesto que es algo eminentemente femenino. Aunque hay algún hombre, la inmensa mayoría son mujeres. Hay registros desde los años 90, pero no se ha popularizado hasta 2003, tras la emisión de un capítulo de la exitosa serie televisiva Sex and the City (Sexo en Nueva York, traducido en España). La celebración incluye despedida de soltera, vestido, anillo, damas de honor, lista de boda, tarta, fiesta y cualquier cosa que se le ocurra que pueda haber en una boda... incluido el viaje nupcial. Sin cónyuge. Por supuesto, no cuentan con ninguna validez legal. Pero eso no significa que haya empresas especializadas en este tipo de eventos. Ya saben. Un nicho de mercado.
Laura Mesi. La mujer que se casó con ella misma
Hay quien ve en la sologamia una nueva forma de empoderamiento de la mujer. Una conquista de su madurez. Un triunfo de la autoafirmación. Inciden en la importancia de la autoestima y en el amor a uno mismo. El compromiso con tu propio ser. Aseguran que, de esta forma, son felices sin depender de nadie. Huyen de la presión social de encontrar tu media naranja. Se puede vivir un cuento de hadas sin el príncipe azul. Es la máxima expresión de la independencia. Hay, quienes incluso lo ven como un rito. Como el paso de una edad a otra similar a los realizados por otras culturas.

Como broma puede ser divertido, pero a lo mejor es momento de dejarse de estupideces. Es una burla al sentido común. El matrimonio es algo muy serio. Es un compromiso entre los cónyuges de amor, fidelidad y respeto. Todos nos amamos a nosotros mismos. No se reivindica nada con esta patochada. Es la nueva tendencia de otorgar derechos indiscutibles a cualquier necedad que se nos ocurra. ¿Y si mañana nos queremos casar con un perro? ¿O con un árbol? Es una estupidez más de esta sociedad hastiada de sí misma. Una sociedad narcisista hasta el extremo. Pero sigamos dando minutos de gloria a los necios. Mañana tendremos una nueva estupidez sobre la mesa.

Piensen.
Sean buenos.

No hay mejor canción que describa el artículo de hoy que Soy un ser humano. Canción que hará las delicias de mi querido hermano Pablo. Me enamoré de mí mismo pero luego me engañé. Con todos ustedes: ¡Los Enemigos!

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