domingo, 10 de septiembre de 2017

Inés Arrimadas y Menganita

Inés Arrimadas, presidente —etimológicamente mejor que presidenta— del Grupo Parlamentario de Ciudadanos y diputada del Parlamento de Cataluña participó en un programa de televisión el pasado domingo. Durante la emisión, una televidente, a quien llamaremos Menganita, escribió en su cuenta de Facebook, imagino que con una repercusión mínima, que deseaba que la violaran en grupo porque no merece otra cosa semejante perra asquerosa. Ante semejante exabrupto, la señora Arrimadas decidió denunciar lo sucedido. Resulta sorprendente ver que incluso rivales políticos hayan apoyado la denuncia. No es lo habitual. De hecho, vivimos en un país donde los culpables de los atentados son la Policía y los diferentes gobiernos. En esta ocasión celebro el apoyo de todos. No soy experto en leyes y desconozco si la frase pronunciada por Menganita es constitutiva de delito. Desear algo no es instigar a hacerlo. Es una barbaridad, es repugnante, execrable... y un sinfín de epítetos, todos ellos negativos. Pero la decisión de que sea delito debe recaer en un juez.
Inés Arrimadas
Resulta llamativo que la denuncia de la señora Arrimadas fuera subiendo un tuit incluyendo el nombre completo y la foto de Menganita. Lógicamente su repercusión mediática fue inmensa. Ha entregado a Menganita a la furia de las redes sociales. A una jauría de lobos hambrientos de carnaza. Desatando una cascada de reacciones. La más inmediata ha sido el despido fulminante de su puesto de trabajo. De esta forma tiene dos sentencias, la judicial —si procede— y la popular. ¿Debió Inés Arrimadas publicar su nombre? No me atrevo a responder. Quizá yo lo hubiera hecho de otra forma. Habría que verse en la situación. A lo mejor estamos demasiado acostumbrados a faltar el respeto a los demás, especialmente a través de las redes sociales. Hoy, Menganita se ha mostrado arrepentida... Pero ya es tarde. Muy tarde. En una sociedad que avanza al ritmo de megas por segundo, el arrepentimiento siempre llega tarde.

Pero no nos confundamos. Publicar el nombre de Menganita puede estar mal, pero no se puede ser equidistante en determinados temas. Resultaría incluso tenebroso. Aquí hay que posicionarse claramente. Quizá mañana alguno de nosotros, o nuestros hijos —que eso sí me aterra— sienta tentación de escribir alguna imbecilidad en las redes. Ojalá recuerde esta anécdota y recapacite. Hay ingenuos que aún creen en el anonimato de internetHabría que recordar normas básicas de utilización de las redes sociales. Siempre he pensado que si considera que no debe decirle algo a alguien a la cara, no debe hacerlo a través de un teclado. Es una norma tan sencilla como efectiva. Ahora Menganita debe asumir las consecuencias de su dislate. ¿Es excesivo? Usted decide.

Piensen.
Sean buenos.

Hacía demasiado tiempo que mi querida @BeatrizBagatela no nos deleitaba con su canción regalo. En esta ocasión su elección es That's where you're wrong. Con unos buenos ingredientes en su interior para este tema del blog. Con todos ustedes: ¡Arctic Monkeys!

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