domingo, 21 de mayo de 2017

UCA

Hace aproximadamente un mes, Pelayo Alonso acudió al albergue de personas sin hogar donde trabajo. Reconocía un problema de alcoholismo crónico y estaba decidido a cambiar de vida. Solicitamos pues cita en la UCA, Unidad de Conductas Adictivas, y nos la dieron pasados ¡ocho días! Me pidió que lo acompañara y así hice pero, cuando llegamos, nos encontramos la desagradable sorpresa de que no constaba su cita. No había forma de que los profesionales lo atendieran, así que pospusieron la cita una semana después. Nuevamente acudimos, y allí le hizo su primera entrevista la trabajadora social. Nos informó de que la semana siguiente debíamos volver para entrevistarnos con el resto del equipo técnico, es decir, la médica y la psicóloga, que junto a la trabajadora social, valorarían nuevamente la situación. Llegamos a las 8 de la mañana y salimos a las 2 de la tarde. Con todos los pacientes era igual. Es decir perdimos la mañana entera para realizar tres entrevistas de media hora de duración cada una. ¿Tan difícil es sincronizar tres agendas? Tras estas entrevistas el equipo decide si se realiza un seguimiento ambulatorio o debe ingresar en una comunidad terapéutica. Nos dejaron muy claro que en caso de ingresar en comunidad terapéutica habría que esperar otros cuatro o cinco meses...
No es algo puntual. He acudido decenas de veces a este servicio y esta es la forma habitual de trabajar. Es bastante complicado dejar atrás las adicciones. Quien lo haya padecido sabe de qué hablo. Si a esa dificultad le añadimos no tener hogar, la solución se torna complicadísima. Y si a ello le sumamos este servicio tan nefando, el esfuerzo es titánico. Muchos abandonan incluso antes de empezar. ¿Quién puede soportar esperar seis meses para comenzar un proceso de cambio? Llevo trabajando años con personas sin hogar, y todavía no he conocido a ninguno que haya abandonado sus adicciones a través de este servicio. ¿No creen que es hora de cambiar?

La UCA nació con la maravillosa intención de ayudar. Para superar adicciones. Al alcohol, a las drogas, al juego... y a todas esas adicciones menos confesables. Ignoro qué ha ocurrido para llegar a esta situación. Actualmente se ha convertido en un servicio inútil donde se dilapida el dinero público. Esto es una vergüenza, pero más bochornoso es prostituir el verdadero origen del servicio que es ayudar a superar adicciones. Actualmente se ha convertido en un mero dispensador de medicamentos. Los pacientes entran en círculos viciosos sin ninguna salida. La única definición que se me ocurre es grotesco. ¿Alguno de ustedes podría decirme qué debo decirles a las personas que nos pidan ayuda? ¿Cómo vamos a ayudarlos? E iré más allá. ¿Hay todavía algún ingenuo que piense que algo va a cambiar a partir de ahora?

Piensen.
Sean buenos.

La canción regalo que hoy nos propone nuestra querida @BeatrizBagatela es The build up. Porque se puede hasta hacer poesía con un tema tan duro. Una oda a la nostalgia de algo perdido. Desde el primer segundo, la melodía, las voces, te llevan por ese camino de lo que una vez existió... y perdimos por el camino. Con todos ustedes: ¡Kings of Convenience!
https://www.youtube.com/watch?v=uMAxoNH4Hv0


2 comentarios:

  1. Diego tu mejor que nadie sabes que las ayudas sociales van a menos, Pena grande siento a leer tu publicación y me siento impotente , se me ocurre decirte algo que supongo sabes que los problemas de alcoholismo pueden tratarse en A .Anonimos y quizás allí puedan saber de algún sitio donde poder alojarlo te deseo mucho ánimo en tu trabajo diario

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  2. Por desgracia, Diego, es la tónica habitual en España en cualquier servicio o estamento: citas médicas, burocracia, trámites legales... Pero en este caso es realmente doloroso con personas que necesitan ayuda inmediata. Por no comentar lo que comentas de la deriva de la UCA que está tirando por el lado cómodo olvidándose de su fin prioritario. Un abrazo y gracias por tu trabajo!!!

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