domingo, 2 de diciembre de 2018

Un futuro asesino o maltratador

Conozco un colegio en el que hay un niño de 12 años que levanta la falda a las niñas, o les toca el culo e, incluso, algunas veces, cuando están de espaldas, las agarra por la cintura y finge copular con ellas. Sus compañeros, hartos del comportamiento de este pequeño indeseable, se han chivado a la tutora. Un niño de la clase me dijo que trata a las niñas como si fueran putas. Demoledor. Por supuesto, desde el centro no ha habido ningún reproche, ninguna amonestación, ninguna llamada de atención. Nada. Como si no hubiera ocurrido. El niño sigue campando a sus anchas. Imagino que es por si la criaturita se traumatiza. Eso no se podría tolerar. Por cierto, es de admirar que hayan sido niños y niñas los que hayan puesto en conocimiento de la profesora la situación. Algo estamos avanzando, a pequeños pasos, pero vamos hacia delante.
Un padre, buen amigo mío, le ha dicho a su hija que tiene toda su autorización para que si se siente acosada, manoseada o violentada, —ella o cualesquiera de las demás niñas—, le pegue un puñetazo al niñato. Sin consideración. Que lo golpee fuerte. No le importa que le llamen del colegio para pedirle explicaciones, ni siquiera que tomen represalias y, mucho menos, le amedranta una demanda. Irá al colegio, a la Consejería de Educación o al juzgado si fuera menester. No tiene miedo a nada. Explicará pacientemente que su hija se ha defendido de un acoso sexual. Admito que pagaría por ver la cara del director, del consejero de turno o del juez. Lo único que teme es que los padres de un niño de 12 años no le han enseñado a respetar a las niñas. Por supuesto, mi amigo no es violento. Y no quiere educar a sus hijos en la ley del más fuerte. Mas, ¿qué opciones le quedan? Ha comprobado que las vías ordinarias son inútiles. Es vergonzosa la actitud del colegio. Bochornosa, sin duda. 

Luego nos lamentaremos cuando dentro de unos años este niño, o cualquier otro, viole o asesine a una mujerOjalá no ocurra, pero en caso de ocurrir, nos preguntaremos asombrados cómo ha podido ocurrir si hemos puesto todos nuestros recursos. Permítanme que ponga en duda todos estos protocolos pueriles. Quedan muy bien en las memorias ministeriales, pero son tan efectivas como cazar leones a besos. Y aunque lo sencillo es poner el foco en el niño, puesto que está claro que es quien actúa mal, lo  realmente grave es que hay padres que educan, o permiten, que sus hijos se conviertan en futuros maltratadores o asesinos. Lo que más me repugna es la actuación del colegio. Tienen conocimiento de un acoso sexual en sus aulas y su única respuesta es la inacción. Es sencillamente vomitivo. No es cuestión de ser justiciero, pero les aseguro que dan ganas de ir planteando demandas y que dimita desde el Consejero de Educación hasta el último bedel. Sin dejar piedra sobre piedra.

Piensen.
Sean buenos.

Hacía mucho tiempo, quizá demasiado que doña @BeatrizBagatela no nos agasajaba con una canción. Hoy nos regala Red right hand. Temazo oscuro y brutal. Y ya que estamos justicieros, permítanme una pequeña analogía de la justicia divina. No dejen de escuchar la historia. Incluso está subtitulada para los no angloparlantes. Con todos ustedes: ¡Nick Cave & The Bad Seeds!
https://www.youtube.com/watch?v=RzEANJJHR-M

1 comentario:

  1. No me puedo creer que en un centro no se informe como mínimo a los padres y no se les pida una explicaciones. En serio, ¿cómo te puede dar igual que un alumno tuyo o tu hijo sea así? De verdad que no lo entiendo.

    Un abrazo

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