domingo, 13 de diciembre de 2015

Menores y móviles

Ya se acerca la Navidad, y como es inevitable, sus hijos estarán pensando los juguetes que van a pedir este año. Espero que a estas alturas no haya todavía nadie que pida regalos al gordito simpático vestido con los colores corporativos de Coca-Cola. Confío en que todos ustedes sean personas serias y pedirán los regalos a los auténticos, a los Reyes Magos. Si sus hijos tienen 9 o más años, es más que probable que quieran un teléfono móvil inteligente o una tableta.  De hecho las tabletas son los regalos estrellas en niños que hacen la Primera Comunión —ignoro si civil o eclesiástica—. Ellos argumentan que les hace falta, que es imprescindible incluso; y la razón principal, aunque oculta, es que todos los niños de su clase tienen uno.

Por favor, revisen las cartas de sus hijos, aunque no culpen de todo a Sus Majestades. Los culpables, y siento decirlo, somos usted y yo.  Los padres. Nuestros hijos imitan nuestras conductas. ¿O usted nunca le ha dejado el teléfono al niño para que no moleste un rato? Seguro que alguno de ustedes ha consultado FacebookTwitter o WhatsApp mientras comía, o cuando sus hijos le requerían para que les ayudara con sus deberes escolares. Cuando vean a sus hijos enganchados a los teléfonos pregúntenles qué hacen. A lo mejor se llevan una sorpresa y le responden que están jugando a los papás.

No hace falta recordar que la propia Policía Nacional recomienda que los menores de 14 años no dispongan de estos dispositivos debido al aumento de denuncias por ciberacoso o por la mala práctica en el uso de las nuevas tecnologías. El acoso escolar ya no es físico, sino a través de internet. Ahora se insulta y se veja a los compañeros mediante mensajes de WhatsApp u otra red social tipo Snapchat. Otros son engañados y envían imágenes suyas semidesnudos o sugerentes, en lo que se llama el Sexting. Imaginen el resto: Burlas, chantajes, extorsiones... Algún fiscal de menores ya ha propuesto prohibir los móviles a los niños hasta cumplir los 14 años. No olviden que a partir de esa edad comienza la responsabilidad penal. ¿Sería esta una solución? Como siempre, nuestros sesudos mandamases regulan todo a base de prohibiciones. De verdad ¿a nadie se le ha ocurrido que la solución es educar? Hay veces que al hablar de educación tengo la sensación de haber inventado una palabra nueva...

Piensen.
Sean buenos.

La canción regalo de hoy viene de la mano de mi hermano David, De mayor. Porque de pequeño me enseñaron a querer ser mayor, y de mayor quiero aprender a ser pequeño. Con todos ustedes: ¡Bunbury!






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