Aterrorizado me quedé. O mejor dicho, nos quedamos todos, tras haber visto la brutal paliza que propinó una niña de 13 años a otra de 15 en Sabadell. No contenta con ello, posteriormente justificó su actuación en Facebook asegurando "que tenía motivos para hacerlo". Afortunadamente, la víctima solo presenta contusiones y no tiene secuelas graves. Como la agresora no tiene 14 años es inimputable, por lo que se ha decidido que se le realizará un seguimiento individualizado con psicólogos y educadores.
Lo más grave no es la paliza en sí. Cualquiera de nosotros se ha pegado en el colegio en alguna ocasión, no hay que rasgarse las vestiduras por eso. Quizá sí es llamativo el grado de ensañamiento hacia la víctima, a quien golpea sin piedad. Resulta increíble que una persona a esa edad tan temprana pueda alimentar tanto odio hacia alguien, cualesquiera que sean los motivos. Lo realmente preocupante es que alguien haya grabado esa paliza y no haya hecho nada por detenerla o impedirla. Cuando yo era joven y había pelea en el patio del colegio, siempre se separaba a los niños, especialmente cuando la diferencia era tan notable. Es de sentido común. Llama la atención que el autor de la grabación no lo denunciara a la policía, simplemente decidió subirlo a internet. ¿Para qué? ¿Para tener un minuto de gloria efímera?
Estamos creando monstruos. Nuestros hijos están creciendo sin alma. Crecen sin valores y lo único que les importa es la gloria televisiva. Son una generación que desprecia el esfuerzo, y su principal objetivo en la vida es ser famosos y tener muchos seguidores en las redes sociales. Y si encima pueden vivir sin trabajar aireando sus pordioseras vidas en la televisión o a través de Facebook o Twitter el éxito es mayúsculo. Alcanzan el nirvana. A partir de este momento, ya se puede decir que son unos triunfadores. Ante este panorama desolador solo nos quedan dos posibles soluciones: Seguir cayendo o parar y cambiar de rumbo. Usted elige.
Piensen.
Sean buenos.
La canción regalo de hoy es "Out of control", el primer sencillo de U2. Lo escribió Bono cuando cumplió 18 años y se dio cuenta de que las dos cosas más importantes de su vida, nacer y morir, no tenían nada que ver con él. También he querido poner esta canción, sin control, por la situación de los jóvenes de hoy. He elegido esta versión del directo de Slane Castle ya que explica la historia del grupo... Disfruten. Es U2.
Generalizar es peligroso. Trabajo con adolescentes y esto no es lo habitual. Los que con 13 años son capaces de programar un robot, dar su tiempo a los demás...no salen en tv, twiter..me niego a creer la visión catastrofista que nos dan los medios.
ResponderEliminarun saludo
Efectivamente, desde siempre han existido casos así y eso no significa la regla.
EliminarNo es cierto que cuando eramos niños -y el autor debe tener más o menos mi edad- se separase cuando había pelea. Bien al contrario, se hacía un corro y se cantaba LEA, LEA, LEA... CHIRÍN, PAM PUM... y eso es folklore.
ResponderEliminarLo de las redes sociales lo hubiésemos hecho igual si hubiésemos dispuesto de ello. Y estoy de acuerdo con los comentarios anteriores de que es una visión catastrofista y no hay que exagerar.
Con el caso concreto de Sabadell ¿qué le haces a una niña de 13 años? como mucho, le puedes dar dos ostias. No la vas a meter en la carcel o en un centro y dejarla marcada de por vida. Vamos a dejarnos de gilipolleces: dos ostias a tiempo y dos meses sin móvil. Y antes de ello, escucharla, porque si tenía motivos, que los cuente, no vaya a ser que la otra, además, merezca otras dos -y no debería dejarse pegar por alguien más pequeño ¿dónde vamos a llegar, si no se respetan las canas?
Si esto fuese norma como el autor pretende, no sería noticia, lo es precisamente por su excepcionalidad. Nuestra juventud no es así, ni de lejos.
ResponderEliminarNo es la primera vez que tratas, querido Diego, de dar esta visión apocalíptica y desesperada de jóvenes sin valores que encarnan la decadencia de nuestra sociedad. Una vez más niego la mayor. Tengo hijos, sobrinos, vecinos... y estos a su vez amigos y compañeros con los que también procuro tener trato porque, muy lejos de tu visión, yo encuentro en ellos valores, ilusión, esfuerzo, solidaridad... Más que en nuestra generación.
Respecto a su uso de las redes sociales más de lo mismo. No son más que una herramienta muy útil en una etapa de la vida donde se establecen lazos de amistad que nos ayudan a desarrollarnos como persona, a conocer a otros y su forma de ver el mundo... Un cuchillo puede ser usado como arma y de hecho de vez en cuando ocurre. La mayor parte de las veces, la gran mayoría de nosotros lo usaremos para cocinar. Es exáctamente lo mismo
Debe tener unos hijos que sean unos piezas.
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