Con el contagio por parte de la auxiliar de enfermería de ébola —por cierto, permítanme el inciso: ¿No tienen los pacientes derecho a la intimidad? ¿Cómo aparece el nombre e incluso su foto en los medios?— hemos llegado a una conclusión. Estamos enfermos. Y no de la terrible enfermedad precisamente, que también. Sino de una extraña enfermedad que afecta principalmente a los ciudadanos del primer mundo, que consiste en desdeñar el sufrimiento de los demás hasta que la enfermedad no llama a nuestra puerta. Creo que se llama ceguera selectiva.
El ébola lleva matando desde 1976, y en lo que llevamos de año 2014 ya ha sesgado la vida a más de 4 000 personas. La realidad es que solo afectaba a África, y claro ¿a quién le importan los negros o los pobres? Están lejos de nuestras confortables casas y no molestan. Pero ya no. El virus ha llegado a España, a Europa, al primer mundo, y por tanto, es visible. Ahora sí nos preocupa. Ahora tenemos miedo. Como es lógico la comunidad internacional se ha volcado para dar respuesta a la crisis del ébola. No se repara en gastos. La Comisión Europea dotó con la escandalosa cantidad —nótese el tono irónico— de 500 000 euros a Guinea para evitar que se propagara el virus. Peccata minuta comparado con los gastos de las tarjetas B...
Las tertulias de radio, tele y prensa se llenan de expertos en protocolos sanitarios. Imagino que son los mismos expertos que opinan del descarrilamiento de trenes, de la sucesión de la Corona y, si me apuran, de los favoritos en las galas de Gran Hermano. Es muy llamativo que no haya dimitido nadie todavía. No porque sean culpables directos de nada, sino porque su cargo lleva implícito la responsabilidad. La verdad es que no sé de qué me sorprendo. En España ha habido ¡24 manifestaciones! por haber sacrificado al perro de la enferma, pero nadie ha protestado ante el Palacio de la Moncloa ni ha hecho nada por ayudar a los enfermos africanos, ni dotarlos de medios, no ya suficientes, sino dignos, a los países donde la gente muere diariamente...
Piensen.
Sean buenos.
La canción regalo de hoy es otro icono de la música. Sympathy for the devil de The Rolling Stones. Una de sus mejores canciones. Sublime de principio a fin. Algunos interpretan la canción como una crítica a la inmoralidad humana o la hipocresía de levantar una figura del mal en lugar de buscarla en el interior del ser humano. Disfruten. Son The Rolling Stones.
https://www.youtube.com/watch?v=AsWR0CTWazQ
Las tertulias de radio, tele y prensa se llenan de expertos en protocolos sanitarios. Imagino que son los mismos expertos que opinan del descarrilamiento de trenes, de la sucesión de la Corona y, si me apuran, de los favoritos en las galas de Gran Hermano. Es muy llamativo que no haya dimitido nadie todavía. No porque sean culpables directos de nada, sino porque su cargo lleva implícito la responsabilidad. La verdad es que no sé de qué me sorprendo. En España ha habido ¡24 manifestaciones! por haber sacrificado al perro de la enferma, pero nadie ha protestado ante el Palacio de la Moncloa ni ha hecho nada por ayudar a los enfermos africanos, ni dotarlos de medios, no ya suficientes, sino dignos, a los países donde la gente muere diariamente...
Piensen.
Sean buenos.
La canción regalo de hoy es otro icono de la música. Sympathy for the devil de The Rolling Stones. Una de sus mejores canciones. Sublime de principio a fin. Algunos interpretan la canción como una crítica a la inmoralidad humana o la hipocresía de levantar una figura del mal en lugar de buscarla en el interior del ser humano. Disfruten. Son The Rolling Stones.
https://www.youtube.com/watch?v=AsWR0CTWazQ
excelente punto de vista....aunque hay que tomar en cuenta que entre los mismos negros se odian y se matan si tal vez hubieran recibido ayuda de Europa no creo se hubiera evitado o detenido esta enfermedad. los negros de Estados Unidos siempre se ponen como victimas pero ellos o muchos de ellos discriman al negro hispanoamericano..los seres humanos somos asi.
ResponderEliminarSolo un comentario, el virus mas que ha llegado a España, yo diría que lo hemos traído, somos así de listos.
ResponderEliminarBuen comentario el anterior... También habría que pensar por qué hay tanto hambre y miseria en países con índices de natalidad insostenibles. Y volviendo al punto de vista egoísta al que se hace mención en el artículo, pensar por qué un señor que lleva años y es conocedor del riesgo que conlleva, pide que le lleven a morir a su país, con el riesgo de expandir la enfermedad... joder, con los buenos. Y lo peor es que le hagan caso.
ResponderEliminarMás vale que esto no vaya a más, en el primer mundo, y pueda ser eliminado en el tercero. Lo primero es que la población pueda nutrirse y tener medicinas para todos.
me encanto! es cierto...la hambruna, el ebola son temas de hace décadas y no terminan...no cesan..pero solo es un tema de conversación, no se hace absolutamente nada mas que como tu dices... el hablar sin conocimiento del tema... como cuando en Mèxico hubo el H1N1 , una total desinformación , en un tema tan serio , yo desconozco los síntomas, solo he oído de Excalibur... terrible
ResponderEliminarTambién comentaba yo, cuando el sacrificio del animal estaba más reciente, lo preocupante de la reacción social al sacrificio del perro y la más absoluta indiferencia hacia la muerte de miles de personas al día en el continente vecino.
ResponderEliminarDe acuerdo con lo que comentas en la entrada. Felicidades Diego, ya me voy poniendo al día.
Un abrazo,
Adrián Calvo