Como todos ustedes ya sabrán, trabajo en un centro para personas sin hogar. Es bastante frecuente que mis de amigos, conocidos y familiares me pregunten por la situación de alguna persona sin hogar que han visto por la calle, en las puertas de las iglesias... Esta semana han sido varios quienes me han preguntado por una mujer que se ha instalado en un lugar muy concurrido, a la vista de todo el mundo. Ha dejado todos sus enseres y ha montado un pequeño campamento repleto de basuras, por lo que ha generado cierto revuelo entre los vecinos y comerciantes. Todos buscan una solución para ella. Es cierto que el olor a su alrededor es nauseabundo. La prensa se ha hecho eco y la Policía Municipal se ha personado en el lugar para intentar convencerla de que se vaya de ahí, pero con escaso éxito. Los Servicios Sociales le han conminado a que acuda al albergue, pero ella se niega. Quiere estar allí. Yo mismo he ido a hablar con ella para ofrecerle los servicios del centro: alojamiento, comida, duchas, lavado de ropa... y su respuesta fue bastante seca. No quiere ni que la molestemos.
Es evidente que padece algún tipo de enfermedad mental. Ignoro si está diagnosticada o no, pero su comportamiento errático y sin rumbo, junto a su discurso incoherente no deja lugar a dudas. Hay quien opina —entre ellos la Fiscalía—, que esta señora ha decidido libremente actuar de esta forma. Abusa del alcohol y las drogas de manera voluntaria y no hace un seguimiento de su salud mental, por lo que se ha visto abocada a vivir en la calle, rodeada de inmundicia. Por tanto, no se le puede incapacitar jurídicamente, puesto que está en sus cabales, ni obligar a nada. Evidentemente, los actos acarrean consecuencias. Y se encuentra en esta situación por sus decisiones.
Aunque no se engañe. El problema no es que haya personas sin hogar. Eso, como sociedad, ya está asumido. Somos plenamente conscientes de que hay quien pasa hambre, frío, o no tiene dónde dormir esta noche; pero eso ya no nos importa. Lo que no podemos tolerar es que estén a la vista... y encima en un lugar turístico ¡Qué vergüenza! ¡Es intolerable! Y, por tanto, exigimos a los poderes públicos que nos lo oculten. Tenemos derecho a ser felices. La chusma nos incomoda. No se trata pues, de un problema social. No buscamos una solución para estas personas. El problema es tener que verlas. Nos ofende profundamente tener que presenciar a estos asquerosos. Si esta señora estuviera escondida, durmiendo bajo un puente y comiendo basura, sin estar a la vista, no habría pasado nada. Todos seguiríamos felices con nuestras vidas. Pero esta señora nos denuncia. Nos dice a la cara, abiertamente, que somos unos egoístas y eso no lo podemos tolerar. Por tanto, menos rasgarnos las vestiduras y pongámonos manos a la obra para solucionar estos problemas. Por supuesto, cuesta dinero, tiempo, esfuerzo y dedicación... Pero no lo olviden, tienen dignidad. No son personas de usar y tirar.
Piensen.
Sean buenos.
La canción regalo de hoy es Deseos de usar y tirar. La nueva y esperada canción del maestro zaragozano. Cuenta con la participación de Sherilyn Fenn, musa de David Lynch que aparece en la mítica serie Twin Peaks. Disfruten. Es una maravilla. Con todos ustedes: ¡Bunbury!
https://www.youtube.com/watch?v=gOwdCzN4k3Y
Es evidente que padece algún tipo de enfermedad mental. Ignoro si está diagnosticada o no, pero su comportamiento errático y sin rumbo, junto a su discurso incoherente no deja lugar a dudas. Hay quien opina —entre ellos la Fiscalía—, que esta señora ha decidido libremente actuar de esta forma. Abusa del alcohol y las drogas de manera voluntaria y no hace un seguimiento de su salud mental, por lo que se ha visto abocada a vivir en la calle, rodeada de inmundicia. Por tanto, no se le puede incapacitar jurídicamente, puesto que está en sus cabales, ni obligar a nada. Evidentemente, los actos acarrean consecuencias. Y se encuentra en esta situación por sus decisiones.
Aunque no se engañe. El problema no es que haya personas sin hogar. Eso, como sociedad, ya está asumido. Somos plenamente conscientes de que hay quien pasa hambre, frío, o no tiene dónde dormir esta noche; pero eso ya no nos importa. Lo que no podemos tolerar es que estén a la vista... y encima en un lugar turístico ¡Qué vergüenza! ¡Es intolerable! Y, por tanto, exigimos a los poderes públicos que nos lo oculten. Tenemos derecho a ser felices. La chusma nos incomoda. No se trata pues, de un problema social. No buscamos una solución para estas personas. El problema es tener que verlas. Nos ofende profundamente tener que presenciar a estos asquerosos. Si esta señora estuviera escondida, durmiendo bajo un puente y comiendo basura, sin estar a la vista, no habría pasado nada. Todos seguiríamos felices con nuestras vidas. Pero esta señora nos denuncia. Nos dice a la cara, abiertamente, que somos unos egoístas y eso no lo podemos tolerar. Por tanto, menos rasgarnos las vestiduras y pongámonos manos a la obra para solucionar estos problemas. Por supuesto, cuesta dinero, tiempo, esfuerzo y dedicación... Pero no lo olviden, tienen dignidad. No son personas de usar y tirar.
Piensen.
Sean buenos.
La canción regalo de hoy es Deseos de usar y tirar. La nueva y esperada canción del maestro zaragozano. Cuenta con la participación de Sherilyn Fenn, musa de David Lynch que aparece en la mítica serie Twin Peaks. Disfruten. Es una maravilla. Con todos ustedes: ¡Bunbury!
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