He de mostrar mi más absoluto reconocimiento a la labor periodística tras las elecciones griegas. El despliegue ha sido, sencillamente, espectacular. No ha habido noticiero que no haya cubierto la noticia calificando los comicios como históricos. Y no menos espectacular ha sido la cantidad de expertos que tenemos en nuestro país sobre la democracia helena. Todos, absolutamente todos, conocen al dedillo los entresijos de la política del país. Y lo más sorprendente aún ha sido que estos mismos expertos también lo son de trazados ferroviarios cuando hay un accidente, de lucha antiterrorista, de hipotecas, de facturas de luz, e incluso de cualquier deporte: fútbol, baloncesto, chapas... No se les escapa nada. ¡Y con qué solvencia oiga!
Tras las elecciones llegó lo que se ha considerado el gran fiasco —de momento— del gobierno de Tsipras. En su gobierno no había ninguna mujer. Los medios volvían a poner los focos en Grecia. Todo el mundo consideraba escandaloso que no hubiera ninguna mujer en el gobierno. Quienes se regocijaban del éxito de Syriza hablaban de traición, desilusión... Incluso se creó un hashtag en Twitter #SinMujeresNoHayDemocracia. Estoy convencido de que si hubiera sido al revés y en el gobierno no hubiera habido hombres los comentarios serían completamente opuestos y se hablaría de progreso... En fin.
No he estado nunca a favor de las cuotas femeninas por obligación. La discriminación positiva es una chapuza. Es un parche que no favorece a nadie, ni a mujeres ni a hombres. Para mi país yo prefiero que estén al frente los mejores, independientemente de su sexo. Imagine por un instante que hay que incluir a una mujer con más seguidores en Twitter que Mariano Rajoy, Pedro Sánchez o Pablo Iglesias y la elegida es Belén Esteban. Les aseguro que ahora mismo cojo las maletas y me marcho del país. Lo triste es que estas cuotas sigan siendo necesarias para incluir a la mujer. La pregunta entonces es ¿qué es lo que realmente impide a la mujer participar de la vida con las mismas condiciones que los hombres? Resuelta la duda, actúe en consecuencia.
Piensen.
Sean buenos.
La canción regalo de hoy viene de la mano de @MarisolGaldón. Es un tema de la ONU Mujeres. Su título es One woman. Es una canción comprensiva, igualitaria y molona. ¡Disfruten!
Siempre he estado en contra de las cuotas y la discriminación positiva y sin embargo, no deja de sorprenderme que no haya ninguna mujer en el gobierno de Grecia.
ResponderEliminarComo, al contrario de la mayoría, no soy experta en nada, solo me queda preguntarme si es que no hay ninguna mujer capacitada para ser ministra y si Syriza no ha querido cometer el mismo error que ZP con las bibis. En todo caso, para mi esto es anecdótico.
Lo que sí me tiene verdaderamente sorprendida, es la alianza con la extrema derecha y hace que me surjan muchas preguntas: ¿los extremos se tocan? ¿con tal de gobernar hasta se vende el alma al diablo? y como no quiero cansar, no sigo, pero tengo muchas más.
This is a men's world....aun hoy. En el siglo XXI. Así que yo sí necesito la discriminación positiva...aunque el nombrecito sea tan poco afortunado. Y no. No necesito a "los mejores" para gobernar mi país.
ResponderEliminarSigue siendo duro ser mujer en este siglo. Falta muucho trabajo por hacer y cambiar muchas formas de pensar.
Bagatela.
Las cuotas son un rollo, pero en los países donde no hay una verdadera conciliación familiar en casa, donde realmente no se dan las mismas oportunidades a la mujer y donde realmente hay un colegueo para poner los cargos a dedo, no se puede hablar de que es justo no poner a una mujer si no es la mejor, porque las mujeres tienen un techo de cristal con el que los hombres no cuentan. Las mujeres por obligación no, pero ¿realmente la decisión actual es la más justa?. Eso también es de valorar.
ResponderEliminarUn abrazo