Uber es una aplicación para móviles que ponen en contacto a conductores y pasajeros de una misma ciudad para realizar un trayecto a cambio de una remuneración. Se paga en función de la distancia y el tiempo, y la empresa se queda con un porcentaje (el 20%). Según la propia empresa, un conductor de Uber puede ganar más de 60 000 euros al año. Otra aplicación muy de moda estos días es BlaBlaCar. Esta aplicación funciona entre ciudades y los conductores no reciben contrapartida económica, sino que simplemente se comparten gastos. Es el autoestop del siglo XXI.
Estas dos aplicaciones —y en mayor medida la primera— han puesto en pie de guerra a los taxistas y a las compañías de autobuses interurbanos, por lo que ellos llaman competencia desleal. Los conductores de Uber son unos trabajadores a cuenta de una empresa que realizan un servicio metropolitano, pero sin pagar impuestos,sin licencia, ni seguro... Es decir, son una especie de taxis encubiertos. Nada que ver con BlaBlaCar, cuyos conductores no tienen ninguna relación contractual con terceros.
No olvidemos que entre los inversores de Uber se encuentran Google, Goldman Sachs y el dueño de Amazon, tres de las grandes empresas del mundo. Puede que este sea el quid de la cuestión. La Unión Europea ya se ha pronunciado y se ha mostrado contraria a su prohibición. De cualquier forma, si cierran Uber, mañana aparecerán miles de páginas web similares y entonces será una avalancha imparable. Me temo que es imposible poner puertas al campo y máxime cuando hacemos referencia a las nuevas tecnologías. Ya ocurrió con las discográficas, cuando lograron cerrar Napster. Inmediatamente se encontraron con una miríada de páginas web de descargas para regocijo de usuarios y desesperación de artistas. La única solución sería regularlo convenientemente. Y aún así es una empresa ardua. Estoy convencido de que una aplicación hispana que pudiera perjudicar intereses económicos estadounidenses se toparía con infinidad de trabas antes de su puesta en marcha, pero aquí, con este complejo de inferioridad que tenemos, les aseguro que la citada aplicación triunfará... Desgraciadamente.
Piensen.
Sean buenos.
La canción regalo de hoy es "Night and day". Canción de Cole Porter que versionó el grupo irlandés y que apareció en el recopilatorio Red Hot + Blue para concienciar sobre el SIDA allá por 1990. Disfruten. Es U2.
Estas dos aplicaciones —y en mayor medida la primera— han puesto en pie de guerra a los taxistas y a las compañías de autobuses interurbanos, por lo que ellos llaman competencia desleal. Los conductores de Uber son unos trabajadores a cuenta de una empresa que realizan un servicio metropolitano, pero sin pagar impuestos,sin licencia, ni seguro... Es decir, son una especie de taxis encubiertos. Nada que ver con BlaBlaCar, cuyos conductores no tienen ninguna relación contractual con terceros.
No olvidemos que entre los inversores de Uber se encuentran Google, Goldman Sachs y el dueño de Amazon, tres de las grandes empresas del mundo. Puede que este sea el quid de la cuestión. La Unión Europea ya se ha pronunciado y se ha mostrado contraria a su prohibición. De cualquier forma, si cierran Uber, mañana aparecerán miles de páginas web similares y entonces será una avalancha imparable. Me temo que es imposible poner puertas al campo y máxime cuando hacemos referencia a las nuevas tecnologías. Ya ocurrió con las discográficas, cuando lograron cerrar Napster. Inmediatamente se encontraron con una miríada de páginas web de descargas para regocijo de usuarios y desesperación de artistas. La única solución sería regularlo convenientemente. Y aún así es una empresa ardua. Estoy convencido de que una aplicación hispana que pudiera perjudicar intereses económicos estadounidenses se toparía con infinidad de trabas antes de su puesta en marcha, pero aquí, con este complejo de inferioridad que tenemos, les aseguro que la citada aplicación triunfará... Desgraciadamente.
Piensen.
Sean buenos.
La canción regalo de hoy es "Night and day". Canción de Cole Porter que versionó el grupo irlandés y que apareció en el recopilatorio Red Hot + Blue para concienciar sobre el SIDA allá por 1990. Disfruten. Es U2.
No pienso hacer nada por los taxistas. Nadie hace nada por mí, por lo tanto.yo hago lo mismo. Un bar no vive de la venta del tabaco, pero yo que tengo un kiosco sí. Estoy luchando para que se prohiba, vender tabaco en los bares, maxime siendo el único país de europa que se vende tabaco en los bares, y estoy solo. ME DÁ IGUAL LO QUE LE PASE AL MUNDO.
ResponderEliminarPues que te den ....a ver si te va mal el negocio y te vas al paro
ResponderEliminarQue te jodan a ti y a tú quiosco de mierda
ResponderEliminarLo que parece que no interesa explicar es que hay aplicaciones que funcionan con las mismas prestaciones que uber pero que trabajan con taxis legales . uber no a inventado nada simplemente son unos piratas .es como si yo vendiera revistas y periódicos junto a ti sin permisos y sin pagar impuestos
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