Compra de exámenes

Acaba junio, y llega el final de curso. Para unos más terrible que para otros. La última moda —o puede que ahora mismo, ya sea la penúltima, puesto que el tiempo vuela— entre los alumnos que no han estudiado sus exámenes es comprarlos. ¿En qué consiste esta compra? Sencillo. Se contrata a un experto informático o mejor dicho, un pirata, que sea capaz de entrar en el sistema del centro y obtener los exámenes antes de realizarlos, o aún más sencillo, cambiar la nota asignada tras hacer el examen. Así, un suspenso, se convierte por arte de un clic en un aprobado, o incluso en un sobresaliente, dependiendo de la codicia del alumno...

Por supuesto que hay que tener en cuenta a los profesores. Un buen profesor sabe cuándo sus alumnos han suspendido y aparecen aprobados de repente, porque se preocupa por ellos. Pero en la época de los recortes, y Educación ha sido de las áreas más castigadas, puede llegar también la desidia... y eso es muy peligroso. Antes esta práctica era más habitual entre los universitarios, pero los más jóvenes se han apuntado al caballo ganador y ya se practica también en los institutos. Pánico me da pensar que puede propagarse incluso en la educación primaria... No estamos hablando de copiar en un examen esporádico. Quien más, quien menos, siempre ha echado un ojo a la persona de al lado, o ha preguntado, o incluso ha llevado una chuleta. Peccata minuta con lo que estamos hablando. 

Esto quizá no debería escandalizarnos. Lo grave es el trasfondo. Lo grave quizá es que hemos trasmitido a nuestros hijos la cultura del todo vale. Aplicar el mínimo esfuerzo. Cualquiera puede aprobar unos estudios universitarios sin abrir un libro... Y se hace, y máxime en esta sociedad tan adicta a la Titulitis, y todos sabemos que existe. Esto es lo triste. Sé que no es bueno generalizar, pero siempre es preocupante que una persona que no haya acudido a clase ningún día pueda aprobar una licenciatura, mientras que otra persona, trabajadora y que se haya esforzado no apruebe por ser honesta.

Piensen.
Sean buenos.

La canción regalo de hoy es "A celebration", canción de 1982 a caballo entre October y War y no incluida en ningún disco: No tenemos tiempo para ver el mundo caer. Disfruten. Es U2.