lunes, 24 de junio de 2013

Caballo de Troya

Según la mitología griega, durante los siglos XIII o XII a.C. se produjo un conflicto bélico entre los Aqueos y Troya. Homero narra que el casus belli fue el rapto o fuga de Helena de Esparta por el príncipe Paris de Troya. Cuenta también que los griegos obsequiaron con un enorme caballo de madera a Troya que tomó como un signo de su victoria. Una vez intramuros, y de noche, salieron unos soldados que se habían escondido dentro del artilugio, mataron a los centinelas y abrieron las puertas al ejército griego provocando el fin de la disputa. Es una historia harto conocida, incluso para los alumnos de la ESO.

Como ven, la historia de los espionajes es más antigua que la propia Humanidad. Hoy, nos sorprendemos, o nos hacemos los sorprendidos, porque Edward Snowden —un exagente que había trabajado para la CIA y para la Agencia Nacional de Seguridad (NSA)— ha confesado a los periódicos The Guardian y The Washington Post que fue él quien filtró información sobre programas de espionaje secretos de vigilancia masiva de la Administración. Se han visto implicadas la mayoría de las empresas de internet: Microsoft, Apple, Google, Facebook... Estas empresas eran conscientes de la existencia de este programa de espionaje y lo consintieron, aunque ahora lo nieguen, evidentemente.

Hay que ser muy ingenuo para pensar que no estamos siendo vigilados. Desde nuestras conversaciones por teléfono hasta nuestra actividad en las redes sociales. Es muy sencillo. Nos aseguran que es por nuestro propio bien y que gracias al empleo de estas técnicas se han evitado muchos atentados. ¿Esto se puede demostrar o es un gesto de cara a la galería para justificar la intromisión en nuestra intimidad? Ha sido tal la envergadura del escándalo que el propio Barack Obama ha asegurado que no se puede sacrificar la libertad para lograr seguridad. Es de un cinismo sin límites. Seguramente sea por eso por lo que Snowden ha tenido que huir a Hong Kong hacia un destino más seguro, confiando ciegamente en la justicia americana. Según el gobierno inglés, Londres puede espiar 600 millones de llamadas diarias. Es decir, el 10% de la población mundial. A mí, personalmente, me aterra. Señores responsables: Yo, no quiero que nadie vigile mis comunicaciones por ningún medio, a menos, claro está, que exista una razón judicial que lo sostenga. ¿Y usted?

Piensen.
Sean buenos.

La canción regalo de hoy es Satellite of Love. Versión del tema de Lou Reed que interpretaron tan majestuosamente durante la gira ZooTV. Describe los celos que siente hacia su novia durante el lanzamiento de un satélite de televisión. ¿Será porque teme descubrir lo que no quiere a través del él? Disfruten. Es U2





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