"Escucha, Israel, mandatos de vida; presta oído para aprender prudencia. ¿A qué se debe, Israel, que estés aún en país enemigo, que envejezcas en tierra extranjera, que estés contaminado entre los muertos, y te cuenten con los habitantes del abismo? Es que abandonaste la fuente de la sabiduría. Si hubieras seguido el camino de Dios, habitarías en paz para siempre. Aprende dónde se encuentra la prudencia, el valor y la inteligencia; así aprenderás dónde se encuentra la vida larga, la luz de los ojos y la paz." Esta cita bíblica pertenece al profeta Baruc, y fue escrita en el siglo III antes de Cristo.
Tiene pues 2300 años, y es exactamente igual que la situación actual. Desde hace unos años hemos abandonado la fuente de la sabiduría, la prudencia, el valor y la inteligencia, y lo hemos sustituido por un dios al que hemos llamado Economía. En aras de ese dios hemos sacrificado todo: familia, amigos, vida... Le hemos entregado todo, pensando que así seríamos por fin felices, pero la cruda realidad nos ha demostrado que seguimos sin serlo. Siempre queríamos más. El corazón del hombre es un agujero negro. Lo engulle todo y siempre quiere más. No se sacia nunca.
Ahora, ese dios al que veíamos imponente, indestructible, sublime, ha resultado tener los pies de barro. Todo se ha venido abajo. ¿Y ahora qué? Nos preguntamos unos a otros mirándonos con cara de estupefacción. ¿Qué va a pasar a partir de ahora? ¿Nos rescatarán? ¿Intervendrá el Banco Central Europeo? Ya es tarde para todo eso. Este dios está herido de muerte. Solo nos falta conocer con exactitud la hora de la defunción. Parafraseando a Nietzsche: Dios ha muerto.
Piensen.
Sean buenos.
Es cierto Diegvs, pero yo todavía no conozco a nadie qué haya rechazado ese dios qué nos proporciona una vida chata, un chalet, viajes, ocio, en definitiva ¿La felicidad?. No se, pero es lo qué casi todos buscan. Todos somos culpables.
ResponderEliminarEs cierto Diegvs, pero yo todavía no conozco a nadie qué haya rechazado ese dios qué nos proporciona una vida chata, un chalet, viajes, ocio, en definitiva ¿La felicidad?. No se, pero es lo qué casi todos buscan. Todos somos culpables.
ResponderEliminarEs cierto Diegvs, pero yo todavía no conozco a nadie qué haya rechazado ese dios qué nos proporciona una vida chata, un chalet, viajes, ocio, en definitiva ¿La felicidad?. No se, pero es lo qué casi todos buscan. Todos somos culpables.
ResponderEliminarNo me gusta, no por que no me guste el texto, sino porque en parte tienes razón, pero suena derrotista, y sinceramente, creo que pensar que ya no quedan valores de renuncia, que todo tiene un precio, me desanima, porque creo que no es así, hay gente que supone un reducto de moral, poca, pero existe gente con sentido crítico. Un besote
ResponderEliminarCuriosa y sorprendente afirmación, viniendo de quien viene...
ResponderEliminar¿y tu quien eres y de donde vienes tu...?
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