domingo, 7 de junio de 2015

Vacunas

Un niño de seis años, vecino de Olot (Gerona), está ingresado en el Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, tras ser diagnosticado de difteria. Una enfermedad de la que no se registraba un caso en España —ni en los países de nuestro entorno— desde 1987. El estado del menor es crítico aunque, afortunadamente, está respondiendo bien a las antitoxinas que se han traído ex professo desde Rusia. El Ministerio de Sanidad lanzó una alerta internacional ya que no disponía del fármaco ni la Organización Mundial de la Salud. Gracias a la intervención del embajador ruso Yuri Gorchagin se pudo conseguir.

Se da la circunstancia de que el niño no estaba inmunizado porque sus padres están —o estaban— en contra de las vacunas. Hoy aseguran estar destrozados por las fatales consecuencias y que se sienten engañados por los antivacunas ya que no estaban bien informados. ¿Cómo alguien se puede sentir engañado cuando hay más información sobre los beneficios de vacunarse que de no hacerlo? Es evidente que las vacunas tienen riesgos, pero también que la no vacunación es aún más peligroso. Estos padres han tomado una decisión y se han equivocado gravemente, poniendo en serio peligro a su hijo. 

Hay cosas innegociables. Como acudir al colegio, obedecer a los padres... Y las vacunas son derechos de los menores. No ponerlas es una temeridad. Pero como estamos en un país democrático, o mejor aún libercrático, cada uno hace lo que le da la gana. Eso sí, lo justo sería responsabilizar de las negligencias a quienes las cometen. Si alguien decide no vacunar, que se le obligue a contratar un seguro que cubra un eventual accidente como el que nos ocupa. Lo mismo que si no quiere ponerse el cinturón de seguridad de su vehículo y sufre un accidente, deberá responsabilizarse económicamente de las secuelas... No es justo que todos paguemos las imprudencias de los demás. Les aseguro que así se acabarían en pocos minutos.

Piensen.
Sean buenos.

La canción regalo de hoy es: Who's gonna ride your wild horses. Eres peligrosa porque eres sincera... Eres un accidente a punto de ocurrir... ¿Quién domará tus caballos salvajes? Con todos ustedes: ¡U2!
https://www.youtube.com/watch?v=qXOTEsfNxNA






5 comentarios:

  1. El argumento de que no hay que imponer las vacunas, sino simplemente convencer porque los castigos son contraproducentes, es de una lógica patética argumentación, ya que ¿un padre puede llevar a sus hijos pequeños en el coche sin la sillita reglamentaria?¿o un conductor puede saltarse un semáforo en rojo o viajar a 250 km/h y no debemos multar a ninguno sino que hay que concienciarles y convencerles para que abandonen tan peligrosos comportamientos tanto para ellos como para el resto de sus convecinos? Lo que parecen no entender estos "moderados educadores" tan refractarios a la represión es que vivir en sociedad implica un recorte diario de las libertades y una imposición cotidiana de normas, ya que una persona no puede orinar o defecar en donde le plazca, tampoco se puede tirar la basura por la ventana, no podemos agredir a quien nos caiga mal o se cuele en la cola de un cine o un supermercado porque vivimos en un mundo con un inmenso conjunto de regulaciones, leyes y normativas que limitan nuestra "libertad" para hacer posible la convivencia de millones de personas en nombre de un bien común. http://diario-de-un-ateo.blogspot.com.es/2015/06/curiosa-paradoja-los-ninos-tienen-todos.html

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  2. Me temo que el autor se excede en sus conclusiones. Obligar a responder de manera pecuniaria por las consecuencias de la toma de una decisión (errónea bajo mi punto de vista) sobre este asunto nos llevaría a pensar si es conveniente hacer pagar sus tratamientos a fumadores y glotones, o a aficionados a descenso extremo, o ....... ¿dónde ponemos el límite? ¿quién dirá lo que es seguro y lo que no?

    [Un poco cogida con pinzas la recomendación musical de hoy....]

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    1. Pues yo sí estoy de acuerdo en que quien no se ponga el cinturón, o fume desmesuradamente o sea un glotón, etc... pague sus consecuencias. Al menos parcialmente, y que conozca la cuantía que supone, igual que se hace con los montañeros y demás a quienes hay que rescatar. Por lo menos se concienciarían.

      Con relación al tema principal, esto de la no vacunación es consecuencia de tanto tonto moderno como hay. El otro día me crucé yo, por dos veces, con un gilipollas de este perfil, que iba en bici con dos niños de apenas uno o dos años de remolque. El payaso, como suelen hacer tantos ciclistas ante la ausencia de regulación, se saltaba los semáforos, subía y bajaba aceras a su antojo... por mi, parásitos barbados (digo bien, barbado, no bárbaro) de este tipo, me sobran, pero los niños no tienen la culpa de tener ese padre, si es que son suyos. Que lo mismo son sobrinos o gremlins aportados por su pareja (seguro que tatuada)

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  3. Las vacunas no son una obligacion de los padres, es un DERECHO VITAL DE LOS HIJOS, sino el padre que no vacune a sus hijos que se pregunte:"donde estaria yo si mis padres no me hubieran vacunado y yo hubiese tenido tetanos, difteria, meningitis...

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  4. de acuerdo con Amparo Martinez... es un derecho de los hijos y como son menores de edad , nosotros tenemos la responsabilidad como padres, de enseñarles a caminar, y a comer. .. cuando sean mayores de edad ...ellos podrán elegir. mientras tanto, es nuestra obligacion y su derecho..

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