Desde hace un tiempo se acusa a Radio Televisión Española (RTVE) de manipulación y falta de independencia. Todos los grupos parlamentarios, a excepción del Partido Popular, consideraban insostenible la situación y pedían una regeneración urgente de la cadena pública. Así, el Consejo de Ministros ha aprobado un Decreto Ley para la renovación urgente y temporal de la cúpula directiva hasta que comience el concurso público. Actualmente el consejo de administración de RTVE está formado por seis consejeros del PP, y uno de PSOE, PdeCAT e Izquierda Unida. Dentro de quince días —veinticino si el Senado tratara de bloquear este decreto ley— el ente público tendrá un nuevo presidente.
Todos sabemos que quien domina la información domina el poder. Así ha sido siempre y así seguirá siendo. Y en el fondo, todo es cuestión de poder. ¿O realmente usted es tan ingenuo que piensa que nuestros políticos quieren servir al ciudadano? El gobierno ofrecerá plazas en el consejo de administración a cambio del apoyo en el Congreso donde está en franca minoría. Por supuesto, todos quieren su parte del pastel y entrar en el consejo de administración de RTVE para poder así decidir los contenidos del canal público. Y sus objetivos no son la independencia, el rigor y la calidad. Es una forma de adoctrinar rápida y eficaz. Es lamentable como se mercantiliza la televisión pública. Lejos, muy lejos del referente, la BBC.
Lo sencillo y lógico sería elegir un gran profesional como director general de RTVE y un equipo directivo independiente. Es decir profesionales que hagan su trabajo objetivamente, con los valores necesarios para hacer una televisión para todos. Pero mucho me temo que no será así. Esto es España. Nuevamente se colocará a un enchufado en el sillón que ejecutará las órdenes que le dicte su amo. ¿O piensa usted que la manipulación y sectarismo desaparecerá el día que un político nombre a un nuevo director general? La mala noticia del día es que la televisión pública no es pública, es gubernamental. Cuando los intereses y los favores a deber de cada uno pasan el umbral de lo meramente profesional, es imposible tener una televisión objetiva e independiente.
Piensen.
Sean buenos.
Permítanme que la canción regalo de hoy sea The Wall. Ya que vamos a hablar de manipulación, no se me ha ocurrido mejor temazo para amenizar el artículo. No necesitamos educación, no necesitamos que controlen nuestros pensamientos... Es solo un ladrillo más en la pared. Con todos ustedes: ¡Pink Floyd!
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