Quien tiene la información tiene además el poder. Es algo implícito. Quien sabe algo, lo domina. Quien supo encender fuego, dominó la tierra; quien supo mover poleas, dominó la construcción; quien supo fabricar un teléfono inteligente, dominó el mercado de las telecomunicaciones. Ningún país en su sano juicio atacaría a su enemigo si supiera que el rival le gana en número y en armamento. Lo saben bien todas las empresas. Antes de lanzar cualquier producto realizan un estudio de mercado para conocer si su producto tendrá éxito o no. La información pues no es gratis. Vale muchísimo. Se compra y se vende. Incluso ha habido gente que ha pagado con la muerte no dar información al enemigo, pero eso es otra historia...
Pero eso fue hace mucho tiempo. Actualmente, hemos decidido vender nuestra información personal a cambio de nada. Es decir, la regalamos. Son muchas las empresas a quienes, por el sorteo de un iPad, o cualquier otra memez, regalamos nuestros datos. Por no hablar de los colosos informáticos: Facebook, Apple, Google, Amazon y Microsoft. A estos, no solo los regalamos nuestros datos, sino nuestras fotos, nuestra vida privada, e incluso el número de nuestra tarjeta de crédito. Es cómico ver como Apple se niega a desencriptar el teléfono de un supuesto terrorista ante la admiración del populacho. ¿De verdad nadie se ha dado cuenta de que es una mera estrategia comercial? Me niego a creerlo.
Luego, exigimos a Papá Estado que nos protejan de los malos. Los malos, los enemigos, son variados: Yihadistas o ladrones informáticos, tanto da. Evidentemente, para luchar contra estos enemigos hay que pagar un peaje. Hay que elegir entre libertad y seguridad. Así, debemos ceder al chantaje que nos proponen nuestros gobernantes. Es una pregunta trampa. No existe libertad absoluta, sin embargo, sí existe control absoluto. Lo más curioso es que ya han decidido por nosotros. Con la excusa de prevenir atentados, nos vigilan e invaden nuestra intimidad. A cambio, ¿qué recibimos? Nada. Todos nuestros datos están en poder de las multinacionales, pero dudo de que usted se sienta hoy más seguro que hace una década.
Piensen.
Sean buenos.
Permítanme regalarles hoy la canción Ultra violeta (light my way). Entierras tu tesoro donde no puede ser encontrado, pero tu amor es un secreto que ha sido divulgado. Gran canción, para mí de las mejores del Achtung Baby. Mi disco favorito. No es poca cosa. Les regalo la versión en directo. Es sencillamente brutal. Con todos ustedes: ¡U2!
https://www.youtube.com/watch?v=TUD4CQT33w4
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